WILLY WOKA Y LA FABRICA DE ESPEJOS*
Recientemente se exhibió la película “Charlie y la fabrica de chocolate” (“Charlie and the Chocolate Factory. GBR/EUA 2005. Director: Tim Burton) de la novela del escritor Roald Dahl. Revisemos el tema eje que organiza la historia: ¿Cómo se sitúan lo padres ante los deseos de sus hijos?
El título se compone de un nombre: Charlie; y un lugar de ensueño: una fabrica de chocolate. Quedan así representados, Sujeto y Deseo; quién se es y qué se busca en la vida. Para ello, la metáfora del chocolate sirve para expresar el deseo: su encanto, dulzura y tentación; amor y pasión; estimulante, dolor, problematización de la existencia humana. Pues desear algo puede convertirse ser conflictivo.
Unas líneas breves de la historia: un empresario de la industria chocolatera (Willy Wonka) convoca a niños de todo el mundo a un concurso. Comenta los pormenores del mismo; similares al de las tapa-roscas ganadoras (cinco boletos escondidos en chocolates), revela parte del premio e introduce al mismo tiempo la duda acerca del premio final, un premio súper especial.
La respuesta es inmediata. La lógica de probabilidad estadística, que supone que entre más se compre, más se tendrá posibilidad de ganar, hace que las ventas aumenten. La lógica del más (+): entre más compres más feliz serás; así entre más cosas tengas habrá más dicha, más poder, más amor, paz; entre más te diviertas como te decimos (mercado-modas-tendencias) que lo hagas, más feliz serás etc. La importancia la tiene el más y más. Como el slogan cervecero “Por los que quieren más”; por ejemplo lo más nuevo, lo más actualizado; y para quien el bolsillo no alcance, al menos lo menos obsoleto.
¿Cómo es que funciona dicha estrategia? Willy Wonka pone en movimiento las características del Deseo. Competencia: mientras no compres, tú pierdes y “otro” que si lo hace puede ganar; “otro” es el que disfruta, tú no; por lo tanto la vida de ese “otro” –imaginario especular- es mejor que la tuya, más feliz. Objetivo oculto: al no revelar gran cosa sobre el premio, frustra y encanta a la vez, manteniendo la búsqueda del deseo de niños y adultos. A partir de que el significante PREMIO se encuentra desconocido disimuladamente, cada uno de los personajes lo imagina y encuentra según su deseo.
Finalmente aparecen dos niñas y tres niños. La trama se encarga de ir presentando ¿cómo se comportan?, ¿Qué desean?; ¿Cómo son sus ambientes familiares y sociales? ¿A partir de qué situaciones han formado su identidad?; ¿Cómo se sitúan lo padres ante los deseos de sus hijos?; Y en ultima instancia y aunque suene vagamente filosófico ¿Cómo es que cada uno es como es?
Un proverbio chino dice: ten cuidado con lo que deseas. Así mismo una maldición gitana reza: “Que se te cumplan todos tus deseos”. ¿Por qué sería una maldición que se cumplan todos los deseos? ¿ Los deseos son en sí-mismos peligrosos?
El cumplimiento total de los deseos es algo que puede angustiar, dar miedo o aterrorizar. Y en ultima instancia puede ocasionar la muerte. Si los deseos no se satisfacen nunca completamente, ello permite seguir viviendo –deseando- y a la vez da un propósito. Alguien desea algo y al obtenerlo, empieza a desear otras cosas. El “brillo” no está en la cosa misma, sino en no tenerlo y conseguirlo (para muchos, sentido de vida ) Sin embargo acceder a lo que uno quiere sin limites ni restricciones puede causar la muerte. La frustración permite la regulación de las “dosis” de lo que se desea. Los padres o aquellos que crían y educan a un niño, son la “válvula” reguladora que va enseñando a los niños a cómo acceder a lo que se desea en la vida -el cómo conseguirlo: ¿comprando?, ¿regalado?, ¿robando?, ¿dado?, ¿ganado?, ¿donado?, ¿encontrado?, ¿adquirido?...
Lo que Willy Wonka hace durante la película es funcionar como psicoanalista; pues se sitúa en cierta posición subjetiva referente al saber del otro (¿quién soy? ¿cuál es mi deseo?, ¿qué hago para obtenerlo?, ¿qué me sucede?...) característica del psicoanalista: en ningún momento regaña, enseña, juzga u orienta intencionalmente; sino que con sus intervenciones le permite a cada cual “ver su imagen en un espejo”; re-conocerse; ver la forma en la que se han situado ante los deseos de sus hijos y qué consecuencias han tenido. Concretamente ¿Cómo los han educado? ¿Qué les han dicho? ¿cómo han sido los límites que les han puesto? En ultima instancia ¿cómo desean?
¿Dulces o amargos comentarios? ¿Quién dijo yo?
*Periódico El Porvenir/Cultural, pp. 3 Septiembre 2005
Thursday, October 12, 2006
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