DROGA-DICCION
Camilo Ernesto Ramírez Garza
En la actualidad nadie duda del mal que aqueja a individuos, familias y sociedad en general: la drogadicción. Sus conflictos son múltiples: su industria (narcotráfico) producción, distribución y venta; consumo y enajenación, proceso adictivo. El narcotráfico es hoy uno de los conflictos fundamentales de las naciones, al mismo tiempo –paradójicamente- una gran industria que reporta ganancias millonarias. Se le analiza y ataca desde diversos enfoques: jurídico, militar, médico, social, psicológico… Lo curioso es que la industria del narcotráfico, aunque ilegal, se ha desarrollada a la par, cuando no consecuente, a los avances tecnológicos que posibilitan su producción. En los 60′s el consumo de marihuana ocupaba el primer lugar, posteriormente la cocaína y heroína, pasando por la piedra (crack) hasta las drogas actuales de diseño, como las metanfetaminas y el éxtasis. Igualmente, en épocas pasadas el alcohol fue motivo de tráfico y conflictos importantes (Alcapone, EUA)
¿Por qué la droga? ¿Qué es lo que encanta de las drogas? ¿Sus efectos? Intentemos responder, cuidando de no establecer formulas cerradas que pretendan explicarlo todo –o sea nada- sino de proponer puntos que permitan analizar caso por caso. Las drogas son sustancias (naturales o sintéticas) que se introducen al cuerpo por diversas vías: cutánea –inyectadas, untadas, por absorción de encías; y oral, ingesta o por inhalación; producen diversos efectos: las hay estimulantes o sedantes (tranquilizantes); estimulantes o depresores del Sistema Nervosos. Por ejemplo el alcohol -droga legal- es un depresor del sistema nervioso, mientras que el tabaco, el café y la cocaína son estimulantes, cada uno en diverso grado por supuesto. Existen drogas legales e ilegales. Las primeras comprenden todos los medicamentos de uso terapéutico; las segundas son reconocidas por los gobiernos como ilícitas. Aunque en algunos casos se suministran: p.ej. morfina en dolores intensos o crónicos; o la marihuana preparada como ungüento para el tratamiento de artritis y dolores musculares. Algunos medicamentos provienen de las mismas sustancias que son consideradas ilegales; un derivado de la cocaína posibilitó el desarrollo de la anestesia ocular hace más de cien años, descubrimiento que dicho sea de paso contó con los pioneros experimentos del creador del psicoanálisis Sigmund Freud. Como podemos ver el límite que separa a las drogas legales e ilegales se debe a una consideración jurídica. La adicción puede ser a tanto a drogas ilegales como legales (alcohol, tabaco, analgésicos, etc.)
¿Qué es lo que encanta de las drogas? Sus efectos obviamente. Sus causas implican a la subjetividad de la condición humana; a las lógicas que nos constituyen: el placer, el deseo y el goce; la reducción de la tensión, más allá del bienestar del cuerpo. Se sabe que las drogas destruyen, atacan al cuerpo, a su salud. Y sin embargo no cesa ni su producción, ni distribución, ni su venta y consumo, sino que aumentan. Pues de fondo no son tan diferentes otros productos que igualmente se ofrecen bajo ciertas ilusiones de obtener la belleza, felicidad, seguridad, confort, etc. La actualidad da culto promoviendo una cierta estética del cuerpo esbeltez extrema. Al mismo tiempo que el ritmo acelerado de la vida posibilita no disponer de tiempo para comer, más que una barra o un bote de agua. El supuesto psicológico básico de la drogadicción es el mismo que funciona implícitamente en las relaciones de compra y consumo de productos –que ponen en funcionamiento la economía- que satisfacen ilusoriamente las necesidades de seguridad, felicidad, alegría, de belleza, en última instancia de amor y reconocimiento del otro.
En este mundo virtualizado el cuerpo va ocupando un lugar distinto, reconfigurándose; por diversos objetivos se le puede modificar estéticamente y genéticamente. También es la época de los trastornos alimenticios, de los llamados trastornos psicosomáticos; del estrés y los spas; también es la era del ciberespacio; la música electrónica sin tiempo ni letra; de los deportes extremos y las adicciones a substancias, también como a ciertas practicas: apuestas, consumo excesivo… que aparentemente poseen la ilusoria promesa de otorgarle sentido –y placer- a la vida. Aunque sea solo momentáneamente, pues estas están sujetas a las lógicas de lo efímero, a las modas, a lo novedoso, al brillo de lo último, más nuevo y mejor. En donde el humano actual queda atrapado cual casa de los espejos donde nada dura para siempre, donde la felicidad y la tranquilidad pueden perderse a la fuerza y velocidad del anuncio nuevo de x producto. Quedando así expuesta nuestra fragilidad: la construcción del sentido de vida a base de las lógicas del mercado, donde todo cambia.
camilormz@gmail.com
Wednesday, October 18, 2006
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