"Between joke and joke... the truth is shown"

psychoanalysis, culture, art and technology

Wednesday, June 23, 2010

SOBRE EL AMOR

por

Camilo Ramírez Garza

“Conciencia que se desdobla: soy una imagen entre mis imágenes

y cada una de ellas, al mostrar su realidad, confirman la mía…

Octavio Paz

(1a parte)

“¡Ojalá me encontrara la mujer/el hombre perfecta/o”….¿Existe la mujer/hombre perfecta/o?- se pregunta alguien. Pero, la siguiente pregunta –y una más ácida- sería, Y de existir la mujer/hombre perfecto, de encontrarla/o, ¿querría andar conmigo?

La “perfección” es un ideal, una bella ilusión que organiza la ficción del amor por algunos momentos. Desde aquella mirada tierna de una madre, para quien sus hijos siempre son los más hermosos e inteligentes, a pesar de que para otros, poco les falte para arrancar el pedazo, unos adefesios. Siempre que se detiene a un sicario, la gente dice: “¿Y lo viste, la facha de pelafustán que tiene? ¿Cómo será la mirada de su madre? La de los enamorados, quienes “con ojos de amor” se contemplan uno al otro, y en cuya mirada, poco hay lugar para los defectos, sino para los más hermosos adjetivos jamás pensados. Pues “La mirada no se sitúa simplemente a nivel de los ojos. Los ojos pueden no aparecer, estar enmascarados. La mirada no es forzosamente la cara de nuestro semejante, sino también la ventana tras la cual suponemos que nos están acechando. Es una x, el objeto ante el cual el sujeto deviene objeto (Jacques Lacan) Solo hasta que la ilusión y suposiciones, se ven contrastadas en el día a día, o incuso ahí menos, pues siempre habrá posibilidades de “hacerse de la vista gorda” entre las redes de Cupido y sus flechas.

Cuando le preguntaban a Freud sobre el amor, sabiamente – ¿O por miedo e ignorancia?, o un poco de las dos. Ya que asumir la ignorancia es precondición del sabio: “Yo solo sé que no sé nada”(Sócrates) – decía: pregúntenle a los poetas, a los músicos, a los artistas, pues son ellos quienes nos han hablando sobre el amor; con sus expresiones nos hacen accesible el objeto del amor: sus paradojas, vericuetos, sus consecuencias.

Actualmente, y desde hace décadas, se espera, se busca, se anhela, vivir el amor, conocer el amor, pero bajo ciertas características, que podríamos nombrar, del inter-mercado: quiero vivir el amor, gozar de los beneficios de tener una pareja, pero sin sufrir, ni mucho menos padecer día a día las consecuencia de estar enamorado/a, es decir: esperar, ilusionase, frustrarse, tener discusiones, peleas, encuentros, desencuentros, rupturas, desencantos, búsqueda, sin sentido, soluciones, salidas, etc. pero sin sufrir. Se busca el amor, pero sin su elemento problemático, traumático, el sufrimiento. Se opera igual que el mercado, pretendiendo llenar la brecha, el desfase entre lo ideal y lo encontrado, como la lógica “quiero más por mi dinero” en donde no se desea tomar riesgos (“Si la/o quiero, pero no quiero sufrir, ni estar esperanzado/a, por algo que quizás no llegue” “No estoy dispuesto/a a salir lastimado/a…) cuando más bien el amor, responde a “El que quiera azul celeste, que el cueste”. El amor, más allá o más acá, de sus bellas imágenes donde no hay conflicto, ni roses (“Toda rosa tiene espinas”) ni malos entendidos, plantea una dimensión traumática, la misma que le da “sabor” a todo el asunto: ¿quién soy para ti? es decir, ¿qué debo de hacer ante tu amor? ¿Quién eres tú para mí? ¿Qué es eso, más allá que yo mismo/a, que ves en mi? ¿Cómo y a qué me compromete eso, el amor que me tienes?...Por ello el amor es una ficción de anudamiento, donde algo más allá de sí mismo/a es visto, capturado, por el otro, y que supone que se amada/o posee. Mientras este o esta, padece de los embates de ser para el otro algo amorosamente perfecto-imperfecto-perfecto…”No eres tu, soy yo”, claro, en el amor, siempre hay algo en el yo del enamorado, que trasciende a sí, y justo lo cree localizar en el otro a quien ama. “El amor es dar lo que no se tiene, a alguien que no lo es” (Lacan)…y muchas veces a quien no lo quiere, ni lo espera, pero que a partir de ese encuentro algo se suscita, una herida, una falla… “¿Qué quieres de mi señor?” – exclama San Pablo, al ser derribado del caballo…como lo que experimentan los enamorados, ante el amor –lo que les demanda, y creen que les demanda- el otro: ¿Quieres ser mi…?

camilormz@gmail.com


(2a parte)

Lo que el sujeto me dice está siempre en una relación fundamental

con un engaño posible, donde me envía o recibo el mensaje de forma invertida”

Lacan

Anteriormente comentábamos sobre diversos aspectos de las relaciones amorosas (“Sobre el amor” El Porvenir 16.06.10) Y como del amor no se puede dejar de ahondar, en tanto seres hablantes, algo se nos escapa, rebaza y trasciende; se olvida, se oculta, precisamente para mostrarse: eso desconocido de sí, localizado en los demás, seguimos… En su seminario 3 (El seminario tres: las psicosis, Buenos Aires: Paidós) Jacques Lacan plantea, entre muchas otras cosas, que “Todo conocimiento humano tiene su fuente en la dialéctica de los celos, que es una manifestación primordial de la comunicación”

Toda relación es una relación con el otro -hablar es hablar a otros- a través de nociones supuestas sobre sí, sobre los demás (El amor de mi vida, lo peor, un engaño, una farsa, un fraude…”eres lo que esperaba, peto te haz convertido en…”) La pareja amorosa experimenta haber localizado en el otro, algo (“Ese no se que, que, que se yo”) que justamente lo trasciende: el amor. “El amor es un dar lo que no se tiene a alguien que no lo es (Lacan) No se ama a cualquiera, se ama, justo a quien se supone responda -de cualquier manera- a deseos e interrogantes sobre quién se es, qué se quiere. Después de todo, la frase tan trillada de la comedia romántica “Jerry Maguire” (EUA; 1996) “Tu me completas”, no está tan equivocada.

Si quisiera mantenerlos en “Disneyland” en vez de pasear por los laberintos “Underground” del amor, debería terminar justo aquí, el equivalente de “Y vivieron felices para siempre”. Quien quiera permanecer así, solo deje de leer.

En lugar de las nociones asépticas de relaciones de pareja, incompatibilidad de caracteres, violencia intrafamiliar, diferencias irreconciliables, etc. En psicoanálisis se habla de "Amor", "Amante", "Deseo", "Goce", "Falta", "Carencia"...Abre interrogantes, más que cerrar y "dar respuestas" estilo receta...¿Cuál es el objeto amadodiado que anuda cada síntomamoroso? ¡Valga la redundancia! El amor es una ficción que hace cuerpo, transita por cada uno de sus agujeros (ojo, boca, oído, ano, pene, pecho, poros de la piel) Cada amante posee ciertos referentes que posibilitan amar al otro amarlo/la: sigues teniendo “Eso” que me enloquece, “El amor es una locura y el cura que lo cura, comete una gran locura”, “Te amo, porque sigo encontrándome en tus palabras” Amarla/Amarlo rima con amarrarla, amarrarlo, armar algo: el amor es una ficción de nudos: anudamientos, desnudamientos, atar, desatar, de vuelo: ¡Andas desatado! ¡Anda volando bajo! A-mor-didas, la oralidad del amor, el amor es para probarse. Ver historias de vampiros, donde el amor, goza de su faceta canivalesca: ¡Comerse a besos! ¡Te cojo a mordidas! También con los ojos se comen: “De la vista nace el amor” “Tiene buen lejos…”, “Cuerpo de deseo, cara de arrepentimiento”. Los conflictos surgen cuando sucede el error, la falla, lo inesperado, la frustración, producto de la disparidad entre lo que se suponía y lo que se experimenta; la forma en la que el otro rasga esa ilusión. ”¿Te preocupa mi felicidad, verdad? –le pregunta su novio a Grace “¡Claro mi amor, siempre y cuando no choque con la mía!” (Will and Grace, EUA, NBC, 1998-206) El amor también es demanda: ¿Qué quieres de mí? ¿Ya, dime de una buena vez que es lo que quieres? Uno de los malestares amorosos es, por un lado, querer relaciones sin fallas, errores, ni dificultades (“Cuando uno quiere evitar un problema, surgirán mil más”) “Ya casi no nos peleamos, estamos muy bien” Tenga por seguro que esa relación se terminará en 5,4,3,2… A la manera de la apuesta del mercado, recibir exactamente lo que se desea, en vez de abrirse a la experiencia de lo que las fallas, errores y discusiones, nos muestran: hacer algo a partir de las dificultades, más que verlas como aspectos a erradicar, es darles lugar, pues de ahí surge lo nuevo, las experiencias, la vida vivida, y no la vida-pensada-sufrida.

Twitter: CamiloRamirez_

http://columnacamilo.jimdo.com



Tuesday, June 22, 2010

Psicopatología del aula

por

Camilo Ramírez Garza,

psicoanalista

camilormz@gmail.com

twitter: CamiloRamirez_

“…en su admirable biografía, Doris Lessing señala

que los niños siempre acosaron y, agrega, acosarán siempre.

Por lo tanto, la pregunta que siempre se impone no es:

pero, “¿Qué tienen, pues, nuestros hijos?”, sino “¿Cómo explicar que los

adultos y los profesores de hoy ya no sean capaces de hacerles frente”[1]

Paul Verhaeghe

“Cada vez que la psiquiatría avanza un poco, profundiza,

pierde de inmediato el terreno conquistado,

por el modo mismo de conceptualizar lo que era inmediatamente

sensible en las observaciones”[2]

Jacques Lacan, 19551

“Las medidas, pues –continuó él-, eran buenas en su clase y bien ejecutadas;

Su defecto estaba en ser inaplicables al caso y al hombre. Un cierto conjunto

de recursos altamente ingeniosos son para el prefecto una especie de lecho de

Procusto, a los que adapta forzadamente sus designios. Así es que perpetuamente

Yerra por ser demasiado profundo, o demasiado superficial, en los asuntos que le confían, y muchos niños de escuela son mejores razonadores que él”

Edgar Allan Poe, La carta robada

Todo aquel que se dedique a la docencia, sabe, que no es para nada una actividad sencilla. Entre los alumnos, los directivos y los padres de familia, los docentes atraviesan un sinfín de problemáticas.

Enseñar, se decía hasta hace unos años, responde a una vocación, según su etimología, a un llamado. El llamado a ocupar el lugar y funciones del maestro, enseñar: dotar de conocimiento y formación para hacerle frente a la vida pública y laboral, siendo ejemplo, guía y modelo, eje fundamental del segundo grupo social amplio, después de la familia, en donde nos insertamos en este mundo. Dicha visión romántica, de las funciones del docente, soporte y guía de vida, ha sido reducida debido a las lógicas de la industria llevadas al campo de la educación, convirtiendo a los docentes en simples administradores y coordinadores de las labores en el aula. Por ello no es extraño encontrar en puestos administrativos a profesionales del ámbito de la ingeniería, concibiendo en paralelismo (¿Para lelos?) la docencia y los procesos industriales. “Los maestros ya no son más quienes contienen la angustia y dan forma a la educación, acompañando, siendo ejemplo para los alumnos, pues ellos mismos –los docentes- están insertos en una seriación operacionalización que los homologa y aplasta en su creatividad deseante; la misma que antes los singularizaba.

En vez de eso, ahora se les demandan labores administrativas, más del lado de la vigilancia y registros cuantificadores, que de la docencia; por lo que ahora sus funciones también comprenden un vasto llenado de requisitos: listas de asistencia diarias, semanales, mensuales, semestrales; listas de alumnos con dificultades y estrategias a seguir ante cada una; cartas descriptivas, instrumentos de evaluación, el estricto cumplimiento y apego a los programas en los tiempos determinados; listas de cotejo de cada una de las actividades, así como cada instrumento de evaluación a evaluar el cumplimiento de los objetivos durante cada clase; clases estandarizadas, presenciales o en línea, etc. La evidencia medible y cuantificable, el “santo y seña” de lo que se hace en el aula.[3]

Cuando se busca estandarizar u homologar criterios, lo que se produce es un solo y único marco referencial desde el cual se interpretará lo que suceda en el salón de clases. “Cuando contemplamos una imagen obtenida a través de un medio fotográfico/electrónico, nada parece interponerse entre nosotros y la realidad; nada hay que pueda obstaculizar o distraer nuestra vista. “Ver es creer, lo que significa que “lo creeré cuando lo vea”, pero también que “lo que vea será lo que creeré”[4]

Pretendiendo poseer a priori las coordenadas y sus interpretaciones se cierra el asunto sobre el sentido de lo que sucede, dar explicaciones, interpretaciones no abre preguntas, sino cierra cuestiones y moviliza pre-juicios. Algo que hemos definido como La psicologización y psiquiatrización del ámbito escolar, “La codificación psicológica y psiquiátrica del ámbito educativo, como “nuevas” coordenadas del tejido (clasificatorio) simbólico e imaginario con el cual situarse y abordar el ámbito escolar, por no decir la total existencia humana”[5]

Al estilo de ¿Qué debo de ver? ¿Cómo pensar esos casos? Y ¿Qué hacer? En donde la “búsqueda” de determinada evidencia funciona como delimitadora de lo que se “verá”. Algo que Michel Foucault trabajó a lo largo y ancho de su obra, respecto al surgimiento del sujeto sospechoso, cuando se produce un desplazamiento de lo que se hace o ha hecho, a juzgar el alma/mente de quien lo ha realizado: “…al inscribir solemnemente las infracciones en el campo de los objetos susceptibles de un conocimiento científico, proporcionar a los mecanismo de castigo legal un asidero justificable no ya simplemente sobre las infracciones, sino sobre los individuos; no ya sobre lo que han hecho, sino sobre lo que son, serán y pueden ser…se han puesto, pues a juzgar otra cosa distinta a los delitos: el “alma” de los delincuentes”[6] ciudadanos, alumnos, etc. etc. pues la biopolítica alcanza a todos, pues el trato a los criminales marca el horizonte de cómo serán tratados el resto de los ciudadanos.

Leamos los casos: los casos se leen haciéndose preguntas, siguiendo pistas, abriendo interrogantes.

Una maestra dice de una alumna de primero de primaria lo siguiente: “Esta niña –su alumna- tiene problemas psicológicos, pues cuando estamos en clases ella comienza a balancearse. Pone sus manos entre las piernas y se comienza a estimular y ya no hace nada”

La maestra dice que se le figura que quizás hay que hablar con los padres, pues dichas conductas pueden ser reflejo de problemas en la casa, incluso de abuso sexual. Esta última idea le asalta a la maestra, pues en una ocasión la niña se orinó en clases y como usualmente –me dice- los niños que fueron abusados sexualmente presentan enuresis secundaria diurna, es decir, comienzan a orinarse durante el día cuando ya han logrado control de esfínteres, pues ese podría ser una señal. Veamos como una acción, puede tomarse como signo o como algo que no sabemos por qué está ahí, y hasta conocer otros elementos, esa acción cobra otro sentido. Por ejemplo, en este caso, la niña le dijo que no fue al baño, pues estaba jugando en el recreo y había mucha fila, por lo que decidió jugar y jugar y luego ir al baño a pasarse el resto del recreo haciendo fila para entrar al baño.

Le comento a la maestra que, como docente, si un alumno o alumna, en vez de escuchar mi clase, decide “balancearse” de la misma manera que su alumna, consideraría de entrada que algo pasa con mi clase, algo no anda bien, pues si en lugar de estar en la clase, alguien decide “hacerse rico” entonces la más elemental es que así a de estar la clase de aburrida, ¡Que no es interesante!

Todo el que convive con niños de manera cercana, le ha sucedido ver que los niños se estimulan, sea con su rodilla mientras se balancean, con el brazo, esquina de la mesa, sillón, etc. De la misma manera que la pobre y afanada madre, descansa del trajín diario, de lavar y lavar, se recarga ante la temblorosa y “amorosa” lavadora, que dicho sea de paso, es una forma de “sentir algo” durante las labores del hogar, que la dejan muy cansada.

¿Ante esos casos que hay que hacer? Nada, si le incomoda a ud, quítelo/a, distráigalo/a con otra cosa, pero una cosa si tenga en cuenta, su hijo/a alumno/a ha descubierto algo que nunca le abandonará: el placer de la sexualidad auto erótica. La cuestión será en cómo se pasará del erotismo del cuerpo, al enlace con las palabras y juegos de conocimiento que se dan en la escuela, de ahí al juego al trabajo, etc. Pues si el erotismo, el placer, no tienen lugar en la escuela, ¿Cómo se hará para que a alguien le guste ir a la escuela? No es casualidad encontrar el amor en la escuela. Y no me refiero al abuso sexual de parte de un maestro/a, que podríamos considerar como manifestación de un amo primordial que no es guía como docente, sino toma control sexual del otro, sino de dar lugar al placer, a formas de relacionarse con el cuerpo de otra manera. En este caso específico: ni regañar, ni perseguir porque la alumna se balancea estimulándose con las manos entre las piernas que aprieta; sino seguir adelante con otras labores… en vez de “hacer el problema más grande” llamar a los padres, llevarla al psicólogo porque eso no está bien….

La maestra insiste, a pesar de que la niña no se presenta ningún problema, en que posiblemente su alumna fue abusada sexualmente por alguien (Más bien es muy abusada sexualmente, y a esa temprana edad!) y según la teoría, seguramente por alguien cercano, entonces hay que citar a sus padres, pero, estar advertidos que lo van a negar, entonces la negación misma se vuelve en sospechosa. La sugerencia ya es la trampa, como cuando una “bien intencionada” amiga le dice a la otra: “oye, y que tal si cuando tu novio te dice que va a x, lo que en realidad sucede es que va a…” la enunciación de la trampa ya hace aparecer la disparidad, el tono, en que se recibe la palabra, dimensión siempre presente.

Notemos como a partir de un rasgo (el balancearse estimulándose y el haberse orinado) se constituye el sujeto: “abusado sexualmente” pues a posteriori, según dicen las estadísticas, un síntoma de abuso sexual, puede ser ese, pero igualmente otros, el que sea. Pues los rasgos no forman sujetos. Al ver a detalle los rasgos nos podemos encontrar con que dichos síntomas pueden estar presentes en un sinfín de situaciones. Como aquel en donde a un alumno de preparatoria lo mandaron con el psicólogo escolar, pues se sentaba siempre atrás, vestía de negro y llevaba lentes obscuros, lo cual “llamaba la atención” de la maestra: “no vaya a ser otra cosa, un peligro” ¿Cómo un color y una ubicación pueden decir tanto de alguien? ¿Acaso los que se visten de colores claros (rosa, celeste, blanco) y se sientan adelante son “buenos”? Matematización moral de los colores: negro= negativo, malo, del demonio, etc, Blanco= positivo, bueno, paz… En lugar de haber notado eso: “Me llama la atención” y decirle, “oye que chidos lentes traes, que bonitos ojos tienes” etc. o algo por el estilo.

Después la maestra me platica sobre lo que ella hizo: nada: observó, detectó y canalizó. A menudo lo que el sistema escolar le sugiere al maestro, un tanto para no meterse en problemas” ante lo que sucede en el aula y la escuela, con lo cual se pierde la dimensión de lazo de aquello que sucede (dónde, ante quién, cómo, etc.) se descontextualizan los actos: se le quita lo humano a lo que sucede. Lo que habría que advertir es lo que “Decimos haciendo, y lo que hacemos diciendo”

Entonces la dejó hacer lo que estaba haciendo, no le dijo nada, pues quería primero consultarlo con alguien, pues no vaya a ser que se produjera un “trauma” mayor. Algo como la cómica referencia de no despertar a quien va caminando dormido, sonámbulo, pues no vaya a ser que se traume.

Algo que podría calcular –de cierta manera- cambiarle la jugada, pues efectivamente uno no va a la escuela a masturbarse, aunque ello puede tener quizás otras lecturas: la escuela es una masturbación mental a base de repetir y repetir y repetir sin sentido lo que se aprende. Una inscripción del cuerpo de otra manera, de placer, diversa a la inscripción del cuerpo-médico de los alumnos, ahora considerados pacientes (médicos, neurológicos, psicológicos, psiquiátricos) “Antidoping escolar” “expediente médico de los alumnos, etc. No es extraño, por ejemplo, que se presenten tantos síntomas clavados en el cuerpo (violencia extrema, asfixias, cortadas, laceraciones, golpes, bullying, anorexia, bulimia, etc.) justo cuando el cuerpo es una frontera a querer dominar y controlar: medicinas, salud, comida, bebida, drogas, etc.

En la respuesta de la maestra se puede apreciar un detalle de la excesiva información y supuesta profesionalización, los discursos “especializados”: maestros, padres de familia, etc. terminan por sentirse impotentes ante situaciones que otrora resolvieran de otras maneras: pretender producir una educación en paralelo a los procesos que tienen lugar en las industrias, se produce educación para lelos. De ahí la pertinencia de lo dicho por Verhaeghe “…la pregunta que siempre se impone no es: pero, “¿Qué tienen, pues, nuestros hijos?”¿Cómo explicar que los adultos y los profesores de hoy ya no sean capaces de hacerles frente (a los niños)?” Similar a lo relatado por una persona que ve a unos niños vecinos, de alrededor de 12 años, jugando “al doctor”, no les dice nada, sino plantea a su esposa la cuestión e ir al día siguiente a denunciar al DIF por acoso sexual, cuando ante lo que estaba era un juego, pero el miedo de “Bueno, pero no vaya a ser que de grandes se vuelvan unos violadores” apareciendo la referencia del violador/mal alumno/ asesino en ciernes, el sujeto peligroso del que habla Foucault, que surge en el s. XVIII.

Es diferente interpretar a leer.

La interpretación es siempre sobre lo conocido, además tendiente al error. Como suele decir un buen amigo: “Los problemas de hoy son las soluciones de ayer”

O lo que la clínica psicoanalítica plantea: “Si usted ha comprendido, seguramente está equivocado”… “Todo lo que en el comportamiento humano es del orden psicológico está sometido a anomalías tan profundas, presenta en todo momento paradojas tan evidentes”[7] “Lo comprensible es un término fugitivo, inasible, es sorprendente que nunca sea calibrado como una lección primordial, una formulación obligada a la entrada a la clínica. Comiencen creer que no comprenden. Partan de la idea del malentendido fundamental. Esta es una disposición primera, sin la cual no existe verdaderamente ninguna razón para que no comprendan todo y cualquier cosa[8] (Jacques Lacan, 1955-56)

Se comprende partiendo de supuestos ya dados, a través de los cuales se cree poseer una respuesta, pues el saber siempre guarda un vínculo con el poder[9] En dicho modelo de aplicación (llamémosle de prejuicio científico-médico-psicológico) se ve y hace lo que se conoce, entonces la realidad es la que se adecua a la teoría (como la cama de Procusto) a símbolos e interpretaciones a la manera de “X significa siempre Y” , como un diccionario del estilo de ¿Qué significa soñar con…?

Como cuando se reduce una interpretación partiendo de un rasgo, como en este caso: Si la niña se orina o se masturba, entonces quiere decir que a) fue abusada sexualmente o b) tiene problemas psicológicos. Entonces no se aprecia el sentido, la lógica de lo que en verdad sucede: el objeto que la mueve a que haga tal o cual cosa, incluso puede que ese sentido a ella se le escape, esté como algo no-sabido, no pudiendo responder sobre el sentido, por ejemplo cuando le preguntan ¿Por qué hace lo que hace?...de ahí que eso Inconsciente (lo no sabido de lo que se dice y/o hace) puede investigarse mediante el método psicoanalítico tomando los elementos que el caso presenta: ¿Qué hizo? ¿Ante quién? ¿Cuál es la lógica deseante que lo empuja? ¿Por qué?...

Lo que transforma el método psicoanalítico es pasar de la interceptación a la lectura de los elementos en cuestión, justamente buscar dar con el por qué a partir de seguir las pistas del cómo se presenta (Recomiendo leer Ramírez-Garza, C. ¿Qué es un síntoma? http://camiloramirez.jimdo.com/articles/ ) La cura analítica es una cura hablada, que parte de la superficie de las palabras, para dar cuenta de los efectos y sentidos: Pues “…el síntoma subsiste en la medida en que está enganchado al lenguaje, por lo menos si creemos que podemos modificar algo en el síntoma por una manipulación… (de lectura), es decir que opera sobre el sentido”[10]

Por ello Freud planteó como el método analítico pedirle a los pacientes: “Hable ud de todo lo que se le ocurra, por más sin sentido y vergonzoso que le parezca” pedía Freud a sus pacientes. Justo para intentar desbaratar el aparato de engaño del pensamiento (el pensa-miento) posibilitando analizar (separar en partes) a fin de advertir el efecto de sentido y resonancia de cada elemento puesto en la relación de uno a otro. “Un significante es lo que representa al sujeto para otro significante” (Lacan) Como cuando surge: niña balanceándose +niña orinándose + no sé que hacer ante eso +el libro que leí +la charla a la que fui… = niña abusada sexualmente. ¡Si es una niña muy abusada sexualmente, tan abusada que disfruta de su ”juguete” nuevo en la escuela”.

Camilo Ramírez Garza,

psicoanalista

camilormz@gmail.com

twitter: CamiloRamirez_



[1] Verhaeghe, P. El amor en los tiempos de la soledad. Buenos Aires:Paidós, 2005. (2ª reimpresión) pp.87 y sigs.

[2] Lacan, J. El Seminario de Jacques Lacan: libro 3: las psicosis, 1955-1956. 1ª ed. 14ª reimp. Buenos. Aires: Paidós, 2006., pp. 32.

[3] Ramírez-Garza, C. Capítulo I: La psicologización y psiquiatrización del ámbito escolar. En Osorio, F., Del Campo, E., Ramírez-Garza, C. Ejercer la autoridad: un problema de padres y maestros. Buenos Aires: Noveduc, 2009.

[4] Bauman, Z. Miedo Líquido: la sociedad contemporánea y sus temores. Barcelona: Paidós, 2006, P.32

[5] Op.cit Osorno, F., Ramírez-Garza, C

[6] Foucault, M. Vigilar y castigar. México: siglo XXI, pp26 y sigs.

[7] Lacan, J. El seminario 3:las psicosis, Buenos Aires: Paidós, p. 17.

[8] Op.cit. Sem. 3 Las psicosis, p. 35

[9] Cfr. Foucalt, M. El saber y las formas jurídica, Ed. Gedisa.

[10] Lacan, J. El seminario 23 El sinthome, Buenos Aires: Paidós, p.40.