"Between joke and joke... the truth is shown"

psychoanalysis, culture, art and technology

Thursday, June 21, 2007


LO PRIVADO HECHO PÚBLICO



Camilo Ernesto Ramírez Garza

“La sensibilidad de los modernos está en vías
de debilitamiento, puesto que hace falta una excitación más fuerte,
Un desgaste más grande de energía, para que sintamos algo.
Esta atenuación de la sensibilidad es bastante notoria por la indiferencia
creciente y general hacia la fealdad y la brutalidad de los aspectos”


Paul Valéry, 1930[1]


El día de ayer, lunes 18 de junio de 2007, se transmitió en el noticiario vespertino local, el Tele-diario del canal 12, una riña a golpes entre dos jovencitas, alumnas de la secundaria numero 2, de la colonia Independencia. Los hechos: a la salida de la escuela, siendo las 12: 30, las jovencitas empiezan a darse de golpes, mientras las cámaras del noticiero y las de decenas de celulares, graban la acción entre gritos: “¡Dale, se está grabando!” Mientras “en vivo y en directo” el equipo de noticias transmite el enlace al estudio. Los golpes y los gritos que ya han logrado convocar no solamente a un número importante de miradas de alumnos, maestros y padres de familia, quines por cierto no hacen ni dicen nada, no las separan, por lo que las alumnas terminan todas golpeadas tiradas en el piso, en casa, se han convocado cientos, tal vez miles de televidentes. Es el trazo de la actualidad: la televisión ya no solamente transmite de forma diferida, sino que –“metiéndose hasta la cocina”- da al televidente la ilusión de participar “En vivo y en directo” ser parte del suceso, estar ahí en el lugar de los hechos donde está el impacto de la emoción, sea un golpe en la cara o un avión destrozándose en un edificio, una familia prensada debajo de un camión, un feroz animal devorando a su presa.

Situaciones como estas, en donde la tele-visión (ver de lejos) “acerca” la realidad, abriendo –cual filo de bisturí- hasta el más recóndito de lo privado, no son nuevas, las hay a montones, desde la primera transmisión masiva por televisión, durante la inauguración de la edición numero XI de los Juegos Olímpicos de Berlín, el 1 de agosto de 1936, marcando la presentación formal del acenso de todo el poder del Tercer Riech, con Hitler a la cabeza, como preparación de “la imagen perfecta” y de poder, para lo que habría de ser una de las historias mas cruentas de la humanidad, el Holocausto Judío. Lo mismo las guerras televisadas, las guerras del golfo (“Desert Storm”) los ataques a las torres gemelas en New York el 11 de septiembre 2001; la guerra de la “Liberación del terror”, como las múltiples transmisiones impactantes de ejecuciones, lapidaciones de mujeres en oriente, decapitados, linchamientos de policías y criminales (Atenco)Y las múltiples series de programas de “reality” show alrededor del mundo, como Big Brother, Caught on tape, Candid Camera, Cámara Escondida, As you see on TV, Temptation Island, Bailando por un sueño, Bailando por la Boda de mis sueños, etc. En donde supuestamente el televidente accede a la “realidad” de lo que la gente hace y dice.

Recuerdo la transmisión que realizara Televisa de los momentos posteriores al atentado del candidato a la presidencia del PRI, Luis Donaldo Colosio en 1994. Cuando con voz impávida y enérgica, junto a su característica facia poker Jacobo Jacobo Zabludovsky solicitaba a la reportera y equipo de camarógrafos, entrar a la habitación del candidato, donde éste yacía seguramente ya sin vida, rodeado de algunos miembros de su familia y cercanos colaboradores. Jacobo solicitaba que tomaran la nota a toda costa, ahí donde se genera la noticia: ¡Entre a la habitación! ¡Entre a la habitación! –Repetía con su voz nasalmente chillona Jacobo[2]

Y que no decir de lo llamados “Video escándalos políticos” protagonizados por el bautizado Señor de las Ligas o El niño verde chamaqueado, pederastas hablando de sus gustos y preferencias, y todo eso captado por las cámaras siempre atentas; así como los escándalos de corrupción en los agentes de transito en Monterrey, durante los operativos anti-alcohol; las patadas y cabezasos que nadie ve en la cancha, pero que a fuerza del lente de la cámaras, se hacen visible para todos, produciendo imágenes que se ofrecen a los televidentes como pruebas fehacientes, irrefutables de “eso” que requiere de igual forma interpretación. Ahí es donde aparece la influencia de los discursos políticamente correctos. Entonces se habla de transparencia y legalidad, de desarrollo sustentable y de políticas de calidad, etc., etc. Como garantías democratizantes que justifican el acceso a la información de cualquier persona o institución. En EUA se firma, casi sin haberse leído ni mucho menos revisado –como fue el caso de la ley televisa en México- la llamada Ley USA Patriot Act[3] encaminada a fortalecer el nivel de seguridad del país, protegiéndolo de futuros ataques terroristas, a cambio de la pérdida de algunas garantías individuales que goza todo ciudadano norteamericano (que por lo influencia global de EUA, no creo que solo se limite a sus co-nacionales, sino que se extiende a quienes poseen una visa para viajar a EUA y por supuesto a quienes soliciten la misma) garantías como a mantener cierta información privada, como expedientes médicos, llamadas telefónicas, correos electrónicos, relaciones, vínculos de amistades, filiación a instituciones y asociaciones religiosas, etc. En ese sentido se eleva la seguridad del país a partir de la perdida de la privacidad, no se sabe si temporal o permanentemente durante años y décadas. El mensaje entre líneas es: un cierto de nivel de seguridad absoluto se adquiere con un gobierno directamente proporcionalmente absoluto, la paradoja es igualmente absurda, solo una dictadura como la EUA (que es la mejor pues da la sensación de libertad plena) puede instaurar la democracia; solo el nivel máximo de seguridad puede alcanzarse teniendo un control (invadiendo) sobre lo privado (cartas, e-mails, llamadas telefónicas, cuentas bancarias, viajes, creencias, ideologías, historial de consumo, etc.)

Regresando al ejemplo primero, donde las muchachas de secundaria se dan de golpes, al parecer porque se caían mal (Más bien parece que se cayeron muy bien, ¡al piso!) Nadie parece advertir que tales actos se dan hacia las cámaras -del celular y las de la televisión. La cámara no es pura ni neutral, ni mucho menos “de palo” como supuestamente los mirones en el dominó, sino que es un elemento “mirada” a considerar, en ese sentido la cámara produce actos dirigidos hacia las misma. Por lo que lo que se ve, así como lo que se escucha y grava, se trata de acciones orquestadas para ser vistas en lo posterior por sí mismo: verse en video, o son actos puestos bajo “la mirada” supuesta de los otros (televidentes, surfeadores de Internet, amigos y desconocidos) como cuando alguien toma una foto y rápidamente quiere ver como salió, pues la cámara digital posee una pantalla, que al instante refleja la imagen capturada.

Otra cuestión es la de la negligencia que raya en la idiotez más extrema: nadie es para detenerlas, solo se observa y se capta en video. En aras del goce de estar en vivo y en directo desde donde se genera la noticia, los reporteros y camarógrafos ignoran que forman parte de la noticia, que aunque no lo adviertan, no les es posible abstraerse de los efectos que produce su mirada, junto a la mirada del lente de las cámaras. Los padres de familia que observan las acciones, responden de la misma manera. Algunos al ser entrevistados solicitan a las autoridades tomar cartas en el asunto mandando patrullas a la hora de salida. Los directivos y maestros de la escuela opinan en la misma dirección: es necesario fortalecer la vigilancia durante el recreo, las horas de entrada y salida, planeando la petición a la Secretaria de Educación Pública (SEP) y a la Policía, el envío de patrulla para controlar a los alumnos. Incluso dentro del plantel, paseándose por los salones, pasillos y patios de la escuela. En pocas palabras el mensaje es claro: ¡Mándenos policías para que controlen a estos muchachos y muchachas, porque nosotros simplemente no podemos, queremos, ni sabemos como! Después se dirá seguramente que se requiere de centros de apoyo psicológico en las escuelas para que los alumnos no caigan en situaciones de violencia, que son importante la impartición de talleres de calidad para la vida equilibrada; que se va a hacer una valoración diagnóstica de…..bla, bla, bla cuando las respuestas son evidentes, están a la vista, pero justamente por estar tan a la vista nadie las ve.

Entre ellas están los excesivos discursos –mal entendidos- en pro de los derechos de los niños y jóvenes, unidos a los de no maltrato ni violencia, que a la postre se convierten en tener niños y jóvenes incontrolables, personas chifladas a quien no se puede exigir nada, ni hacerlos que se esfuercen, pues podrían traumarse, desarrollar estrés escolar, estrés infantil, depresión y ansiedad, etc. Además los dichosos programas de calidad educativa, los ISOS, certificados y recertificados por excelentísimas y eminentísimas organizaciones e instituciones nacionales e internacionales –que por cierto nadie conoce ni ha visto jamás ¿Quién otorga el ISO a los de los ISOS?- convierten –asesinando el espíritu, deshumanizando- a la educación en simples papeleos y requisitos sin fin, tanto para el personal administrativo como docente. En pro de la evidencia, medición y cuantificación de los programas, objetivos y eficiencias terminales, queda muy poco tiempo y esfuerzo -y lo que es más lamentable- ganas por ocuparse en el asunto central: preparar las clases y materiales, seguir actualizándose, leyendo, consultando, dialogando, etc. A los alumnos que no desean más que pasar, la operacionalización y estandarización de la educación cuantificada, les viene como anillo al dedo, pues indiferentes desechan la formación en el pensamiento y el diálogo, en la critica, para ocuparse exclusivamente de pasar exámenes y asistir como zombis –muertos en vida- a sentarse en un banco durante horas, deseando que el tiempo simplemente transcurra, salir a platicar o fumar, dejando el ejercicio del pensamiento y del diálogo para quien está advertido que es parte fundamental de su vida, puesto que justamente la ausencia de diálogo y critica es lo qué está jodiendo y produciendo los grandes problemas de nuestro mundo, desde nuestros contextos familiares, laborales y sociales más próximos, hasta los hechos global y económicamente interrelacionados con nuestras vidas.

Si los directivos y los padres piden que la policía vigile y detenga a sus hijos, ¿No será que justamente estos dos ámbitos no están haciendo su “chamba” desde hace algunos años? Si no se ocupa la familia y la escuela de educar, será el estado mediante la fuerza pública, el depositario de las demandas y necesidades de poner límites, los medios de la función del juez imparcial, que supuestamente todo lo valora con justa medida, perdiendo de vista que no puede ser imparcial, puesto lo que desea es “vender” la noticia, generar rating, mover a las masas, capturarlas en la lente, mostrarles cómo es el mundo que “ellos” están produciendo-viviendo.

Quienes podamos leer tales efectos, asistimos a la desaparición de todo orden privado (familiar, parejas, cuerpo, escuelas) para que lo publico se ocupe de “educar” “cuidar” e incluso “regañar” por el supuesto bien de sus “hijos ciudadanos” A quines primero enseñó a no pegar, ni regañar, puesto que era “malo” e incluso se consiguió algunos psicólogos y psiquiatras que se creyeran y transmitieran semejantes estupideces victimizadoras de todos y de todo, padeciendo ahora los efectos incontrolables en los cuales se pide la intervención de la fuerza de la policía. ¿No hubiera sido mejor un regaño, un manazo, una cachetada a tiempo?... Claro, pero al hacerlo, precisamente una vez más el medio no puede abstraerse, sea el de una empresa o el que cualquier persona trae en sus celular una cámara, y sería la nota vespertina. Como el caso de una madre que va en el camión con su hijo, lo regaña porque no puede quedarse quieto y va golpeando con los pies el asiento de adelante. La madre lo regaña y le da un manazo. Un pasajero, haciendo uso de sus derechos, toma las acciones con a cámara de su celular, que desde que aparecen en los medios, son adjetivadas como “acciones violentas de una madre hacia su (pobre) hijo”, llama a la policía, da el informe. De pronto el camión se detiene para ser abordado por elementos de seguridad, pidiéndole a la madre que baje para que los acompañe. La madre se molesta, voltea y pregunta a quienes iban en el camión junto a ella, nadie responde. Otro de los trazos actuales, la ausencia de responsabilidad, por lo tanto de culpa. Por ello han un exceso de ansiedad desbordada, puesto que ya no hay lugar para la culpa, que otrora permitiera vivir y saldar las deudas. Estamos en los tiempos de la denuncia sin cuerpo ni frente, la denuncia anónima echada al viento. Mientras es detenida su madre, el niño llora, se abraza a ella, otros policías se lo llevan para “cuidarlo” por “su bien” el no quiere separarse de su madre, ellos suponen que es una victima más de abuso, que regularmente lo niegan todo. ¿Cómo saberlo? Seguramente se preguntan algunos policías, pasando un trago amargo ante la escena de separarlos. Pero también como arriesgarse, es el procedimiento, se responden dándose ánimos. Punto máximo de la fidelidad más imbécil que requiere todo apego al manual de procedimientos: la supresión y negación del juicio y el sentido común más simple, que por ser tan simple es el más acertado.
Lo mismo sucede en EUA, en el caso de los recientes asesinatos en las escuelas (Columbine, 1999; Pennsylvania, 2006, Denver, 2006; Virginia, 2007) el suceso es considerado solo como la acción de un “loco” o “locos” ajenos al plantel educativo, al país, a las costumbres normales de una sociedad dada, descontextualizándolo completamente llevándolo al solo plano de lo cerebral o genético; que si escucha música de un cierto genero, que si juega videojuegos, etc. Sin que se abran las preguntas sobre el ¿por qué se presentan estos hechos en la escuela? ¿Qué es la escuela? ¿En qué se ha convertido? además, ¿ante quines sucede esto? ¿Cuáles son los elementos que desencadenaron los incidentes? ¿Qué es lo que muestra? La respuestas son conocidas: cómo poder prevenir estos hechos mediante la codificación estrictos y validados manuales de procedimientos, el How to do it tan solicitado en nuestro tiempo. En lugar de partir de lo más simple del por qué sucede en la escuela, qué señales de alarma podemos ver, medir y cuantificar en los alumnos para vigilarlos, detenerlos, llevarlos a tratamiento psicológico o –si fuera necesario- denunciarlos a las autoridades judiciales. Como fue el caso de un joven de 19 años, quien asiste a una escuela en Chicago, Allen Lee[4], quien fue arrestado e investigado por la policía local, debido a un ensayo que realizó petición de su maestra de literatura, a unos días del 16 de abril del presente año, día de la masacre en Virginia Tech.

El problema es el de confiarle todo a la teoría, a los especialistas, manuales y estadísticas, pues ellos son solamente una parte de la “realidad” generalizantemente codificada, por ello no incluyen las singularidades y particularidades, ni de los sujetos, ni de las situaciones y contextos de las instituciones. Si la respuesta es en el primer caso –así como en el segundo- la de poner policías en la escuela, detectores de metales, el dichoso operativo mochila, que es un programa oficial que justifica el esculcarle las mochilas a los alumnos en busca de droga o armas, entonces se está pensando y operando generalmente como si dicha medida no viniera a ser una forma más dura y rígida, mas autoritaria que violente y produzca –como la cámara de video y lo dicho en televisión- respuestas más agresivas ante la excesiva vigilancia y sospecha de que todos pueden ser culpables o potenciales criminales. Como en el caso de las escuelas masacradas en EUA, los policías al arribar a los planteles, generalmente no saben a quienes detener y a quines proteger, decidiéndose finalmente por lo primero, mientras se descubre la identidad o rasgos de la persona que cometió el crimen.

camilormz@gmail.com


[1] Paul Valéry, Cahiers 1894-1914, vol. 2, Gallimard, 1988. Citado por Paul Virilio Ciudad Pánico Buenos Aires: Libros del Zorzal, 2006, pp. 55


[2] Es tal la fama e influencia de este personaje “titere” de la televisión oficial, que el grupo Molotov, tubo a bien componerle una canción “Que no te haga bobo Jacobo” misma que puede ser consultada para deleite y cultura del lector, en www.youtube.com/watch?v=AaQWnxdOGZo&mode=related&search=


[3] Firmada el 26 de Octubre de 2001. Cuyo nombre completo es The Uniting and Strengthening America by Providing Appropriate Tools Required to Intercept and Obstruct Terrorism Act of 2001


[4] La noticia puede ser consultada en el periódico –en linea- The Chicago Tribune http://www.chicagotribune.com/news/local/chi070426essay,1,1089899.story?page=2&coll=chi-news-hed


Monday, June 18, 2007


APROXIMACIÓN PSICOANALITICA DEL ESTRÉS

el cuerpo sobrecargado

Camilo Ernesto Ramírez Garza

Estrés, según el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, significa, Alteración física o psíquica de un individuo, por someter a su organismo a un exceso de trabajo, de tensión nerviosa, o de cualquier tipo. Por lo tanto, el estrés es un efecto de una fuerza o presión, que causa sobre-carga, esfuerzo, trabajo o fatiga. Fuerza que recibe el nombre de estresor.

Desde su origen en lengua inglesa, a la palabra stress se le empleaba para designar la resistencia de los materiales, para medir la carga o fuerza que éstos pudieran soportar. Por lo que, en su origen, estrés, es un concepto –así como el de calidad- del campo de la física, en particular de ciertos procesos en ingeniería: la resistencia de los materiales a la condiciones a las que se les expone: presión que se les ejerce, temperatura, etc. A fin de medir la nobleza de los materiales: durabilidad, resistencia, maleabilidad, etc.

En ese sentido, estrés también es cuando a una repisa de un librero le colocamos libros de más, sobre-cargándola más allá de su capacidad, del peso que puede soportar, entonces diríamos que es una repisa estresada, o igualmente cuando inflamos un globo más allá de sus posibilidades plásticas de expansión, hasta que se reviente, por el efecto del estresor –aire- que va expandiendo las paredes del hule, hasta su punto máximo en que se revienta; o cuando la piel se expande y quedan grietas (estrías), al igual que la tierra o los materiales al expenderse y contraerse por efecto de la temperatura, la humedad, el calor y la presión a la que son sometidos.

Actualmente se habla de estrés de sobremanera, lo cual ha producido un lugar común, igual como se emplean los “diagnósticos": “eso que le pasa es psicológico, está en la cabeza” (y si está en la cabeza por qué lo siento en el pie, en el stómago, etc.) O unos más elaborados como “eso que tiene es psico-somático” o simplemente, se trata de puro estrés” “Necesita usted descansar” Se le utiliza tanto en situaciones médicas como en la vida cotidiana, se le nombra para hacer referencia a una serie de cosas y situaciones que implican (tocan) y afectan directa o indirectamente al cuerpo: el estrés postraumático; ¿qué hacer en relación a una tensión en el cuerpo después de haber pasado por una situación de schok? lo cual relaciona la tensión del cuerpo con la memoria; las numerosas y muy variadas -algias, dolor en la alta y baja espalda, dolor en la cabeza, articulaciones, etc.

Al estrés se le clasifica como euestrés (o estrés bueno) que es una tensión necesaria que aumenta el rendimiento para realizar todas las actividades diarias, sin el cual el esfuerzo y la energía para luchar las batallas de la vida, no sería posible, y el diestrés (o estrés malo, que impide al sujeto realizar todas sus actividades diarias, desgastándolo. El prefijo griego Eu- (bueno, bien) es como el de la eugenesia: la aplicación de las leyes biológicas de la herencia al perfeccionamiento de la especie humana. Y el dys- (malo, mal) un estrés que fastidia y desgasta. En ejemplo sería cuando el estrés impide el desarrollo personal y laboral, desapareciendo la creatividad y principalmente el disfrute de la vida. O cuando el cuerpo de los deportistas “queman sus músculos” por exceso de ejercicio. Lo mismo se utiliza para nombrar en E.U.A. al fenómeno de estrés laboral, al burnout (estar quemados por trabajar tanto o de desgaste laboral) que padecen algunos “workaholic” (adictos al trabajo)

La sintomatología característica del llamado estrés está en relación directa al dolor y tensión en ciertas partes del cuerpo, dolor muscular, con sus respectivas variantes de intensidad y localización: cabeza, ojos, cuello, espalda alta y baja, brazos y manos. Además se pueden presentar en algunos momentos sensaciones de angustia y ansiedad. Angustia, proviene de angosto, de un lugar estrecho que hace sentirse sofocado, relacionado a una sensación de asfixia, de dificultades para respirar, de necesitar espacio y aire. Entre sus efectos se cuentan: migraña, irritabilidad, fastidio, desgano, trastornos del sueño, disfunción eréctil, gastritis, colitis, reflujo, estreñimiento, etc.

Las respuestas que se ofrecen como tratamiento ante el estrés (para des-estresarse) provienen de dos campos que en algún punto convergen: el campo médico y el campo comercial. En el primero se le sugiere a la persona reducir su carga de trabajo, de labores diarias, encontrar la manera de des-estresarse, que eso es psicológico o que está en la cabeza. Lo cual es en ocasiones paradójico e imposible, pues son tantas necesidades y obligaciones que se realizan, que reducir el ritmo de trabajo equivale a “no alcanzar” económica y laboralmente, ser desplazado en el trabajo, despedido. En ciertas ocasiones se prescriben algunos medicamentos, como los psicofármacos: tranquilizantes, antidepresivos, ansiolíticos, medicamentos para poder dormir, etc. Así como analgésicos e incluso antiinflamatorios, que traten el dolor y la inflamación del cuerpo. Sin embargo, las recomendaciones generalmente se enfocan a que la persona pueda “manejar el estrés” en su vida, convencerle que eso es psicológico, que está en la cabeza (¿Y si está en la cabeza por qué se siente en la espalda o el pecho?) relajarse de alguna manera, como haciendo ejercicio, salir a caminar, dar un paseo, procurar dormir siesta y dormirse temprano, a la misma hora, tener una buena alimentación, balanceada, escuchar música clásica en casa o en el automóvil, etc. Lo cual, es igualmente imposible, pues las ocupaciones son tantas que, poder hacer todo eso, implica no rendir en las demás actividades laborales, escolares, familiares, de esparcimiento, etc.

Las respuestas que se ofrecen desde el campo comercial y de consumo, van en dos líneas: ofrecer un “producto” que sea capaz de des-estresar a la persona, ofreciendo la reducción o desaparición de la fuerza y el impacto del estresor. No son productos directamente relacionados con un aspecto médico y de salud. Sino productos asociados secundariamente con el placer, el disfrute, el estatus, el goce, la comodidad, la tranquilidad, la felicidad, la libertad, etc. Que son los que sustentan todas las campañas de mercado (“Si compras…entonces tendrás….): prometiendo al consumidor “algo más” además del producto en sí. Aquí entran una variedad de mercados: alimentos energizantes (bebidas, comida) automotriz; ropa y calzado; turístico, vivienda; electrodomésticos, salud, spas, estéticas, clínicas, etc. Ofreciendo cada uno de ellos la promesa de des-estresarse a través de la compra y posesión y consumo de x producto: ser-tener equilibrio. En ese sentido la estrategia para des-estersarse (ser feliz, importante, libre, bello(a), etc.) consiste en comprar algo que relaje o haga catarsis (del gr. Katharsis: purga o purificación) desembolsando dinero. El otro grupo de estrategias consiste en dar al consumidor un producto que le permita hacer frente a los efectos del estrés, a la sobrecarga que padece: son los productos estimulantes o energistantes (barras, bebidas energéticas que dan alas) Ambos –el producto des-estresor y el que intenta descartar el efecto del estrés (dolor, sueño, cansancio, etc.) son ampliamente utilizados actualmente. Inclusive, se aprecia el mismo hecho, en el caso del consumo de drogas, prefiriéndose aquellas que estimulan (cocaína, éxtasis, etc.) más que las que relajan o deprimen el sistema nervioso, famosas en la década de los 60s.

Por su parte los productos estimulantes consisten en activar el cuerpo, reduciendo al mínimo los efectos del estrés, como pueden ser el dolor, el fastidio y el cansancio: jabones, cremas, café, aparatos de masajes, bebidas energizantes, barras energéticas, medicamentos naturistas, malteadas, te, jugos energizantes, chocolates, pastillas, complementos y suplementos alimenticios; música energizante mientas se maneja o duerme, etc. Ofreciendo un mayor rendimiento de las capacidades afectadas por la sobrecarga (estrés) como la memoria, la atención y concentración, la actividad y deseo sexual, la fuerza etc.
Tales productos –los des-estresores y los estimulantes- hacen cierta tolerancia en el consumo de la persona, por lo que se requieren dosis cada vez más altas: el consumidor debe consumir cada vez más para conseguir el efecto de des-estresarse; comprar más cosas para sentirse libre, fuerte, importante, con estatus, feliz. Por lo que es inevitable el exceso y el abuso; por ejemplo, a mayor cansancio y sueño, mayor consumo de bebidas energéticas, café… Lo cual representa un problema de salud y de estética para el consumidor: gordura, cansancio, flacidez, se manchan los dientes, gastritis, ulceras. Por lo cual, la estrategia para poder consumir los productos en exceso es privándolos de su esencia “mala” que perjudica a quien lo consume en exceso: cafeína, nicotina, calorías, azúcar, grasa, colesterol, alcohol. Dando vida a la gama de productos apariencia, desprovistos de su esencia: lo que les hace ser lo que son. Para entonces anunciar: “¡Mira ahora puedes comerlos en exceso, ya no te harán daño!”

Recapitulando, eso a lo que se le llama estrés, es un efecto que sufre el cuerpo por la sobrecarga de actividades laborales, escolares, recreativas… En ese sentido, podríamos decir que el estrés es una consecuencia normal y esperada, una respuesta del cuerpo, que nos muestra que no somos máquinas, sino que sentimos, y que también lo podemos hacer en grados extremos, como es el dolor. Ante esto, la publicidad médica y de diversos productos, nos ofrecen al menos dos clases de objetos de consumo: medicamentos como psicofármacos (ansiolíticos, antidepresivos) analgésicos y antiinflamatorios, que controlen el dolor y la hinchazón del cuerpo. Sin importar la pregunta del ¿De qué situaciones es consecuencia el dolor? ¿Cuáles son las situaciones que están produciendo y sosteniendo tales síntomas y sufrimientos? Por su parte la publicidad coloca un sin fin de productos, aquellos que se asocian a un valor, bajo la lógica de “Si compras esto, entonces tendrás-serás: feliz, tendrá estatus, poder, placer, libertad, belleza, amor, seguridad, salud, etc. Por ello la mejor publicidad para que alguien compre un producto, será la del miedo y la zozobra permanentes, de ser feo, pobre, looser, atacado, dañado, estresado…

Pero finalmente, ¿Cómo es que el estrés se produce en nuestra sociedad, padeciéndolo desde niños, jóvenes, adultos, y ancianos? ¿Acaso solo disponemos de paliativos que nos reduzcan el cansancio, la tranquilidad momentánea y fugaz? Una clave sobre el ¿por qué del estrés? se encuentra en la reducción de los tiempos y espacios que nos ha otorgado la era virtual; la sobre carga de labores en menor tiempo. En donde es posible realizar cada vez un número mayor de tareas en breve tiempo. La Internet –así como la televisión- no cierra, es un espacio siempre presente y accesible, el cual ofrece sus productos. Lo cual nos arroga de lleno a la globalización, en donde lo local y regional están implicados en lo mundial, lo noción de apartad se ha transformado por la de la inmediatez de la información y las comunicaciones, las imágenes que se ofrecen en solo breves segundos –cuando no en “Vivo y en Directo”- la visión-participación en los acontecimientos más apartados: los desastres, las guerras, las luchas por el poder económico y político. Por otro lado, el estrés nos hace asistir a un efecto de la consideración del cuerpo desde el solo Bios. Consideración que tiene más cuatro siglos: la consideración del cuerpo como si este fuera una maquina, con procesos claramente identificados. Tal delimitación, realizada en el s. XVII por el filósofo francés René Descartes, consideraba lo humano como una entidad compuesta de dos elementos mecánicos: cuerpo y mente, y otro espiritual, pero del cual no se ocuparía. Separando así dos funciones y campos: el campo de la teología y filosofía escolástica medieval, supeditada al control de la iglesia, y la de la ciencia, que busca entender los procesos mecánicos del cuerpo, como es entendido ye estudiado el cuerpo en la actualidad por las ramas médicas: fisiología, anatomía, cardiología, neurología, endocrinología… Por ello ante los efectos del estrés como el dolor de espalda y cabeza, la medicina no interroga sobre el sentido, digamos simbólico (¿El por qué le pasa a esa persona en particular lo que le pasa? ¿Qué sentido tendrá en su vida? ¿Ese dolor que está expresando? ¿Cuál es su mensaje?) Sino solo sobre sus elementos mecánicos, el como poder erradicar la molestia, el dolor, el sufrimiento, sin por ello entender su sentido y significado.

Ahí es donde el psicoanálisis, ocupado de la subjetividad, permite descubrir esos sentidos y efectos particulares de lo que se padece, y no solamente el cómo me quito esto que me molesta. Lo que queda claro y a la vista, en “las narices” –y por lo tanto no se ve- en el caso del estrés, es que el problema del tratamiento del estrés no consiste en cuál es el mejor medicamento que se debe tomar, qué debo comer, qué untarse, qué ingerir, qué comprar, qué hacer para des-estresarse, sino dejar de hacer, hacer nada.

Retomando el ejemplo del inicio ¿Cómo des-estresaríamos la repisa del librero?... ¿Añadiéndole más libros, aunque fuerane estos ligeros? ¿Clavarle unos peldaños en cruz para reforzarla? ¿Liberarla del excesivo peso? El problema es que no se puede “no hacer nada”, que es justamente la mejor forma de “hacerle caso a lo que el estrés me estás señalando” ¡Que debo descansar! ¡Que debo de bajarle a la presión! ¡Que el cuerpo –aunque convive todo el tiempo con máquinas que potencian sus limitaciones, éste no es una maquina! Lo cual es contrario a los valores actuales de esfuerzo, producción y progreso económico sustentables y de calidad, que intentan acabar con los “tiempos muertos” por considerarse improductivos, contrarios a la economía, tachados de holgazanería y mediocridad, de tercer mundo. De ahí que hasta los más grandes placeres de la vida tengan que tener una justificación terapéutica: baioloterapia, musicoterapia, aromaterapia, o la justificación pro-salud para tener sexo, mediante la quema de calorías, la producción den endorfinas que estimulan directamente el sistema nervioso y dan la sensación de alegría y placer.

Es en este contexto actual en donde convergen dos realidades: por un lado el mandato (autoritario) implícito, que moviliza el consumo, ¡Tienes que gozar! el cual plantea que el dolor y el sufrimiento no lo tienen por qué vivir nadie; que es tan fácil tener salud, felicidad, amor, valor, estatus, belleza… con solo comprarla. Y ello estresa pues hay cosas que no alcanzan. Es una sobrecarga económica de deudas. Sin esa ilusión muchas cosas que compramos diariamente, en primer lugar no se producirían ni mucho menos atraparía nuestra atención. Lo cual muestra que el solo plano de la necesidad ha a sido desplazado por el deseo y el placer. En donde el estrés es la respuesta del cuerpo -un reciduo- una consecuencia de la sobrecarga del mismo, manifestando el mensaje de no ser considerado solo el mecanismo de una máquina.

camilormz@gmail.com



Wednesday, June 06, 2007


EL ÚLTIMO CREYENTE –ENLOQUECIDIO-
POR VER AL PAPA

El ocaso del PAPA y de una organización obsoleta

Por

Camilo Ernesto Ramírez Garza



“Dejad que los niños vengan a mí, y no se los impidáis porque
De los que son como éstos es el Reino de los Cielos”

(Mt, 19;14)

“Entonces, una mujer que padecía flujo de sangre desde hacía doce años, y que había sufrido mucho con muchos médicos y había gastado todos sus bienes sin provecho alguno, antes bien, yendo a peor, habiendo oído lo que se decía de Jesús, se acercó por detrás entre la gente y tocó su manto. Pues decía: “Si logro tocar aunque sólo sea sus vestidos, me salvaré” Inmediatemante se le secó la fuente de sangre y sintió en su cuerpo que quedaba sana del mal. Al instante, Jesús, dándose cuenta de la fuerza que había saludo de él, se volvió entre la gente y decía: ¿quién me ha tocado los vestidos?”
(Mc 5;25-30)




El día de hoy, miércoles 6 de junio, día en que –como todos los miércoles- el papa realiza su audiencia pública, programada en ésta ocasión para 40 mil personas, mientras hacía un recorrido por la plaza de San Pedro, en un jeep blanco, conocido como el “papa móvil” Un joven alemán, de 27 años, saltó la valla protectora, que divide a la muchedumbre (turba) de la comitiva papal, para intentar subirse al vehículo donde viajaba Benedicto XVI. Pudo ligeramente tocarlo. Siendo rápidamente controlado por el personal de seguridad del santo padre. Quienes, ante la sorpresa, no alcanzan a desenfundar sus armas, solo llevándose la mano dentro del saco.

El suceso que se estima duró breves 15 segundos, fue filmado, así como hecho secuencia fotográfica[1], en pocos instantes la noticia recorre el mundo entero. Como en una secuencia de película, el joven se eleva sobre la valla protectora cruzándola, se sube al vehículo, al tiempo que es amagado por el personal de la guardia suiza, ante unas espaldas “ciegas” de un papa, pues durante todo momento no advierte nada del incidente, continuando con los saludos y bendiciones a la muchedumbre congregada. Al final, el joven yace en el piso, mientras el jeep continúa su trayecto. Siendo detenido por el servicio de orden del Vaticano y llevado e interrogado por el juez del tribunal del Estado Vaticano, Gianluigi Marrone, y posteriormente sometido a valoración médica y psiquiátrica, para ser ingresado en un hospital (El Norte, 6.06.07)

Dos cosas son las que se declaran: el joven no representó un peligro, pues no se encontraba armado, además de determinarse que su intención no era atentar contra la vida del papa, sino atraer la atención, comentó el padre Federico Lombari, director del servicio de prensa del Vaticano, y que posiblemente se trata de alguien afectado de sus facultades mentales; que se trata de una persona perturbada. Por lo que se le levanta la detención judicial, para ingresársele en un servicio sanitario de atención psiquiátrica.

Además también se comenta que desde el 11 de septiembre de 2001, del ataque a las torres gemelas en EUA, la seguridad en el Vaticano se ha intensificado, sometiendo a los peregrinos a mayores escrutinios de acuerdo a protocolos de seguridad más exhaustivos.

Independientemente de ello. Lo sucedido hoy, representa la puesta en acto de una situación ya presente desde hace ya tiempo en la humanidad en general y en la iglesia en particular: la caída del padre; el ocaso de las ideologías y religiones. Debido a la reducción del sujeto a sus elementos básicos, como es el genoma humano, o a sus aspectos neurológicos y psiquiátricos, es que este joven alemán, no encuentra -ni siquiera un lazo con aquel de su misma nacionalidad- además de ser el sumo pastor, aniquilando con ello todo lazo de “fe”, puesto que lo que se muestra con al interpretación que se hace y con el sometimiento a una estructura sanitaria psiquiátrica es que la unión que éste feligrés tenía con su papa, es el de una locura.

Al hablar de perturbación, efectivamente se trata de un asunto con el père[2] y la turba (Un padre que perturba) la muchedumbre, que le mira y anhela tras la valla protectora, limite entre la fe posible, y la real que toca el cuerpo. Como el de un rock star, lo que queda asentado es que el joven mete el cuerpo en al relación con su “Papa”. Recordemos que “Papa” es padre en italiano. A la letra, hay algo con el padre y la multitud que lo busca. Ante eso, él permanece indiferente, solo saluda, bendice y no se hace cargo de su hijo.

Lo mejor que hubiera podido pasar es que Benedicto XVI, volteara, se detuviera, le tocara, le reconociera, "llamando a las ovejas por su nombre", que le hablara al joven, y en lengua alemán hubiera sido mejor. Pero en vez de eso, el reconocimiento tiene qeu vernir de otro lado: la seguridad y la guardia suiza lo controlan, lo bajan del papa-móvil, lo llevan al suelo, para esposarlo, llevárselo detenido, interrogarlo e ingresarlo en el pabellón psiquiátrico de un hospital: pues se dice que está père-turbado. Más bien el Père-turbado (el padre rodeado por las muchedumbres, es Benedicto XVI) Ya no la fe, sino la ciencia, madre de hijos.Quedándose finalmente sin “Papa”, condenado al encierro por su “bien”.


Ello tiene otra lectura, en relación a las posibilidades de la fe en la actualidad postmoderna. Parecería que hasta la misma fe tiene que estar regulada por el “Nada con exceso todo con medida” la prevención. No se aceptan más las locuras por la fe, lejos están los arrebatos de aquellos los “locos” por el reino de Dios, así se tratase de un grano de mostaza. Se ha añadido una fase más a la secuencia sobre el padecer y el sufrimiento humano. Si para el Antiguo Testamento aquel que sufría y padecía, lo hacía como un efecto-castigo del pecado de sus padres o de sí mismo (¿Quién ha pecado, su padre, su madre, sus antepasados, o él mismo? –se preguntan) en un segundo momento, ya en el Nuevo Testamento, este sufrimiento tendrá otra lectura como co-participación de la pasión de Jesucristo: diciéndole a todo el genero humano que las tribulaciones, sufrimientos y padecimientos que vives día a día, son parte de su pasión, es decir, de su padecer en la cruz; en ese sentido el sufrimiento une, hace lazo, vinculo filial, ya no por la raza, sino por el amor, al mismo tiempo que nos redime. Se dirá “Si yo no tengo amor, nada soy”.

Hasta ahí consistía el mensaje cristiano, mismo que es retomado y controlado por la Iglesia católica, es decir aquella que se asume universal. Y finalmente la tercera secuencia, una ya depurada de religión y fe, una donde la filiación queda rota, diluida, afectada. En donde los actos realizados o los sufrimientos padecidos son producidos por el cuerpo de la biología, aquel estudiado y controlado por el poder de la tecnociencia biopolítica. Al interpretarse un acto, como el de un joven acercándose al papa, como un acto de perturbación mental, deja mal parados a todos: al joven primeramente, pues la poca o mucha fe que le quede, quedará entonces reducida a una enfermedad mental, que se buscará tratar seguramente con psicofármacos y sesiones de psicoterapia, bajo el supuesto de “salud y bien estar” que moviliza los esfuerzos de los “especialistas” sanitarios. ¿Dónde quedará la fe? ¿La creencia? ¿La obediencia al Papa, al jerarca? ¿Cómo un tipo de alienación mental? ¿Habría sido mejor solo verlo a través de la vaya de seguridad, ver al representante de san pedro, al vicario de Cristo –con medida, poquito porque es bendito- pasar, sin quedar afectado? Tal vez el Papa se encontró ante el último verdadero creyente, sin él saberlo, ni advertirlo. Afecta a la iglesia y principalmente a la investidura del Papa, supuesto padre de la iglesia, quien no sabe qué sucede con una de sus ovejas que ha saltado el redil, mientras otras de ellas lo someten, hacen llaves y esposan. Para el después se declare a la prensa que se trataba de un enfermo mental, alguien que padece de sus facultades mentales. ¿Habrá que esperar cuales son las declaraciones del Papa en cuestión? De seguir en la misma línea sustentando la tesis de la perturbación mental ¿No sería lo mismo que en lugar de haber recitado a Lázaro, Jesús hubiera salido a decir que se trataba de una muerte por trombosis y complicaciones cardiacas? ¿En lugar de curar a los endemoniados, mandando expulsar a los demonios a cada uno por su nombre, diagnosticar al sujeto que se contorsionaba en el suelo y con espuma en la boca, una quiebre psicótico, consultando el DSM V a. C.?

Similares sucesos. ¿Qué efectos tiene en la fe, la serie de artículos médicos en donde se va narrando –en términos biológicos- la pasión de Cristo? ¿Ya no es suficiente saber que murió por los pecados de la humanidad? ¿Sino saber la “realidad real” de lo que fue sucediendo en el via-crucis, a su organismo, a su corazón, cerebro, vísceras, huesos, desgarres, asfixias? O el llamado “gen de Dios”, la explicación genética del por qué el humano busca re-ligarse a algo trascendente? ¿Reducir al amor a una explosión de noradrenalina y dopamina?

El evento hacer recordar aquellos tres atentados contra el papa Juan Pablo II, dos fallidos y uno certero. El primero, en 1979 un joven fue detenido con un chichillo; el segundo -el certero- en 1981, el papa fue atacado por el turco Alí Agca, siendo visitado en prisión posteriormente por el sumo pontífice. Y en 1982, de visita a Portugal, al santuario de Fátima, es detenido un sacerdote católico, de nacionalidad española, el padre Juan Fernández, quien empuñaba una bayoneta de fusil. Sin embargo en aquellos momentos el papado de JPII se mostraba fuerte y muy cercano a la gente, por lo que tales atentados aumentaban aún más el fervor y el amor por la iglesia y el papa. A diferente al actual, en donde la lejanía de la gente y el papa Benedicto XVI, Joseph Alois Ratzinger[3] su poco carisma, es evidente, así como una búsqueda por la ortodoxia en la doctrina de la iglesia, su recrudecimiento y poca apertura al diálogo. Lo cual se nota en todo lo que sucede a sus espaldas y él ni se inmuta. Alguien quiere tocarlo y los guarda-espaldas, lo someten., sin que el sepa nada. Quedando el joven sin padre ni fe, ni vinculo amoroso, sino reducido a su perturbación mental, psicológica[4], encontrando un sistema “sanitario” que lo trate ya no como creyente católico, sino como paciente, como enfermo mental. Su lectura postmoderna: la fe ya no pertenece exclusivamente al terreno de la fe, sino al de la enfermedad mental, a los genes, al cerebro… ¡La carne ya no es solo carne! ¿Dónde ha quedado la fe, el amor y la caridad? ¿Es de locos querer acercarse al papa, a Dios, hoy en día?

¿Del leproso al enfermo venéreo, de éste al loco enfermo mental, no solo en cuanto al expulsado, sino al feligrés? cual fue estudiado y descrito por el filósofo francés Michel Foucault.

Por lo que hoy es un momento histórico: ¡Hemos acontecido a la muerte de un padre, que otrora fungiera como PAPA! lo que se tiene ahora es un interpretador de la ley de la iglesia y de sus estatutos.

camilormz@gmail.com


[1] La secuencia de fotografías se puede apreciar en la página del periódico mexicano, El Norte www.elnorte.com y el video es publicado por el periódico norteamericano The Chicago Ttribune http://www.chicagotribune.com/


[2] Père, en francés es padre. Donde Le Saint- Pere: le pape, nombra al santo padre.


[3] Coincidencias de humor negro, el segundo nombre del papa Benedicto XVI es Alois, como aquel también compatriota suyo, Alois Alzheimer, psiquiatra alemán, quien descubrió en 1906, la enfermedad de demencia, que lleva su mismo nombre


[4] Lo mismo ha sucedido con Cho Seung-Hui, joven sud-coreano, de nacionalidad norteamericana, quien asesinara el 16 de abril de 2006 a 32 estudiantes, suicidandose después en la Universidad Tecnológica de Virginia, en EUA. A lo cual la institución, el país, sus amigos y familias, se han separado de sus actos, adscribiéndoles una explicación de perturbación mental, en donde “nadie tiene nada que ver” ni la familia donde vive, ni la escuela, ni el país. ¿Qué hubiera sucedido en caso de que Cho Seung-Hui hubiera sido medallista olímpico o premio nobel? ¡Tendríamos a unos padres y país receptor y original, sintiéndose sumamente orgulloso de su hijo prodigio, identificando el origen en lo mejor de lo propio –del país y de los padres! En lugar de ello tenemos un “loco” enajenado y descontextualizado, que quien sabe de dónde salió.

Friday, June 01, 2007


EL SUJETO DE LA CIENCIA

Camilo Ernesto Ramírez Garza

El ideal de la ilustración, como el de la revolución industrial, y la actualidad tecnocientífica, es el de ofrecer-desarrollar-producir “algo” que haga al ser humano más virtuoso y autosuficiente; “mejor persona”, al tiempo que le otorga herramientas de vanguardia tecnológica para eficientizar los procesos de producción, elevar el nivel de vida; aumentar la producción y las ganancias; simplificar las actividades diarias, añadirle más confort, adelantarse al error, a la enfermedad, si acaso ¿A la muerte? etc. ¿Quién rechazaría semejantes ofrecimientos?

Para lograrlo, requiere de la codificación de los fenómenos en variables precisas, a medir y cuantificar. Estableciendo variables, es que éstas pueden estudiarse -y medirse- en sus repeticiones, establecer asociaciones, sin ser necesariamente explicaciones causales, como decir, el 56% de los adultos con problemas de pareja (habría que definir primero dicho concepto, en función de una reducción operacionalizable en variables de “eso” a lo que se le llama “problemas de pareja”) provienen de padres con 1.3 divorcios, (¿Qué es eso de 1.3 divorcios?) y una desviación estándar de 3.6. De tal manera que se requerirían dos procesos: 1) la reducción-definición del hecho a ciertas variables –dejando obviamente a algunas fuera- 2) su medición: cuantas veces se presentan. Quedando de tal manera aparentemente explicado el “hecho” pero inevitablemente reducido y generalizable. Puesto que lo que se pierde al operacionalizar en variables es el sentido y significado de lo particular del hecho mismo, imposibilitándose, leer lo que de forma cifrada está manifestando en eso que se padece, se sufre y que se presenta en al vida como un problema.

Un ejemplo de nuestros días: el llamado Trastorno por Déficit de Atención –con o sin- Hiperactividad (TDAH). Diariamente se diagnostican decenas de niños con TDAH, debido a que presentan los siguientes síntomas (variables a medir): no pueden seguir órdenes en la escuela y/ o casa; no terminan una actividad, cambian de una a otra, no enfocándose en una sola; son impulsivos; poco reflexivos; se paran de su banco y no hay forma en que los maestros y/o sus padres logren hacer que se sienten; pierden sus útiles escolares; son peleoneros; a menudo incurren en conductas delictivas, hurtan cosas en casa y en la escuela, etc., etc. Partiendo que a “ESO” a lo que se le llama TDAH, se presenta como insoportable para padres y escuela, es que entonces se solicita la atención de un “especialista”, generalmente un neurólogo, psiquiatra o psicólogo, quien valore la situación y determine el tratamiento a seguir: farmacológico y psicológico. Hasta este momento, padres y escuela, se encuentran desesperados por lo irrefrenable de la conducta de su hijo o hija.

Las causas que se ofrecen sobre tal “trastorno” son variadas: un desvalance en la producción o recaptura de un cierto neurotransmisor (dopamina, noradrenalina, serotonina) fallas en el lóbulo frontal. Es decir, hay algo “mal” en el funcionamiento del cerebro de esa persona. No decimos que ello no ocurra o participe (el cuerpo, como decia Sócrates, participa, más no condiciona el sentido de lo que el humano hace, sería como quitarle toda su fuerza creativa, simbólica e imaginaria) pero a menudo tal explicación “viene como anillo al dedo” para que, tanto el colegio como los padres, se des-impliquen de lo que sucede con su hijo(a) y alumno(a): “Entonces, yo no tengo nada que ver, eso es algo que el niño ya traía adentro (organismo, cerebro, genes)” Como si la relación con ellos no tuviera efectos en ese sujeto. Es entonces cuando aparece el sujeto de la ciencia y tecnología: reducido al BIOS (cuerpo-máquina) desvinculado de su contexto subjetivo, familiar y social; operacionalizado para su estudio desde sus elementos absolutos y generales: cerebro, genes, estómago, etc. En donde lo único que le queda es recibir terapias farmacológicas y psicológicas, que lo organicen, "enderecen" e intenten llevar a un estado de “salud”, de "equilibrio", al deber ser para sus padres y escuela, sin por ello entender el sentido de su padecer, por su relación con su singularidad subjetiva. Perdiéndose esas particularidades que no caben en el número o en un electroencefalograma, o TAC: la lectura a la letra del qué, cómo, ante quién, por qué, qué sentido tiene, a quién va dirigido, qué expresa, qué muestra de forma cifrada acerca de su realidad (sentir, simbolizar, actuar) es que podríamos saber algo, reconocer algo de ese sujeto. Por ello, dirá Jacques Lacan, que el sujeto del que se ocupa el psicoanálisis es aquel que ha sido rechazado de la ciencia: el singular y no el general. Aunque evidentemente al análisis puede asistir también el más alto mando militar.

camilormz@gmail.com