por
Camilo Ramírez Garza
“…desde el comienzo mismo la psicología individual
es simultáneamente psicología social..”
Freud
Los contextos y discursos actuales no solo dan muchos elementos de discusión, sino dinamizan una urgencia, de ahí tal propuesta: “Psicoanálisis, hoy más necesario que nunca”.
Desde hace algunos años -mejor dicho siglos- nuestro contexto se ha ido estructurando por la biopolítica: la vida se ha constituido como objeto de las políticas de gobiernos, así como de las estrategias del mercado. En todos lados se habla de salud, bienestar, calidad de vida. Todos parecen preocuparse por la vida. Sospechar de tan “buena intención”, casi imposible, pues ¿quién no desearía estar bien? Pero, tal lucha por proteger la vida, y de paso a la serie de víctimas e inocentes a priori: mujeres, niños, también el ecosistema, los osos polares, etc. recordemos, surge de una transformación, desplazamiento y relevo, del control sobre la muerte que tenía el soberano. Así como de una reducción de la vida, en tanto singularidad, que reconoce ciudadanos, sujetos, les da derechos, obligaciones, etc., a simple vida orgánica(bios), en donde todos somos reducidos al “Uno”; instrumentándose con ello el pasaje de lo humano a lo animal, o, podríamos decir, la animalización de la vida humana: el despojo de su ser político.
La figura de “vida digna” ha sido sustituida por la de “calidad de vida”. Mientras que la primera se refiere a aquellas condiciones mínimas que el Estado debe de garantizar a sus ciudadanos (alimentación, vestido, estudio, trabajo, salud, vivienda, esparcimiento, etc. esas que supuestamente alcanzan con el salario mínimo) en donde queda patente que el bienestar es un asunto político, la segunda –la calidad de vida- es una noción que busca internalizar el asunto; el mensaje sería, “si estás mal no es por un asunto político-social, tiene que ver con tu salud física, mental” Con lo cual se consigue disociar la vida individual de la política; despojarle lo político al ciudadano, reduciéndolo a simple organismo (paciente) que debe “estar sano” comiendo bien, trabajando, produciendo. Recientemente en Nuevo León, se anunció la creación de un expediente de salud en las escuelas: “Salud para aprender”, para cada alumno, con lo cual los alumnos, pasarán de ser solo estudiantes a ser pacientes, y de ahí, enfermos.
Dicha lógica biopolítica se lleva de la mano con la empresaria, que plantea una estandarización de todo, la reducción del universo de los procesos a unos cuantos, así como la explotación…además del imperativo actual, algunos le llaman imperativo superyóico: tener que gozar en todo momento, vivir al máximo, ser feliz, sentirse bien, cosa a veces más pesada, pues plantear una vida sin tristeza, desgano, fracaso, falta…el sujeto se sume en la angustia –por la persecución “de la vida"- de no tener un borde, un límite en donde sostenerse. Ante tales cuestiones, la propuesta psicoanalítica es, y he de decir una muy particular, pues aún dentro del psicoanálisis hay posturas equivocadas y obsoletas, que siguen atendiendo, incluso en la misma línea que estos malestares que acabamos de mencionar, pues se ha psiquiatrizado o psicologizado al psicoanálisis. La función, por un lado, como método de tratamiento (alguien se dirige al psicoanalista) sirve no solo para conocerse, encarar y resolver sus problemas, engañarse menos, sino encontrar formas de encarar y resolver los problemas actuales, para pasar a otra cosa en la vida, al margen de la “persecución” pro salud, pro bienestar. Advirtiendo los efectos que tales discursos (políticos, familiares, educativos, medios, consumo…) han tenido y tienen en sí, a fin de poder tomar una posición activa y entonces elegir. ¡No quedar atrapado en el solo cuerpo-organismo! Posibilitando un cuerpo hablante.
2 comments:
¿Aquí seria interesante preguntar ¿desde cuando nuestro gobierno nos quiere "bien"? ¿no será más bien otro intento por meter idiosincracias de otro país en nuestra personalidad?. Una vez más, se dan pasos para atrás, solo que ahora la línea es tan subjetiva que se logra colcar perfectamente, solo que hay un pequeño detalle, este juego perverso que hay entre gobernantes y gobernados. El poder se acostumbró a ser despósito de mucha de la locura, esta reacción se viene a servir de esta parte, tan así que se ha generalizado y monopolizado el pensamiento hasta caer en eso que mencionas que se interpreta como "todos necesitamos de lo mismo para estar "bien" una vez más elser humano, su complejidad y diversidad se reduce a un enunciado ¿como no encabronarse?. Saludos.
Giovanni, muchas gracias por tu comentario. En efecto, suena hasta absurda la pregunta sobre el bien que quiere el gobierno, como los anuncios de una farmacia "te queremos bien"...por otro lado, lo que hay llamar la atención es precisamente sobre el biopoder, en como éste, ya aparentemente sin la moral ideológica, religiosa y política, se plantea como un nuevo orden "puro" p.e. caso de futbolista baleado, Salvador Cabañas, ahora se está usando para moralizar...cuando lo que está de fondo es el debate sobre el estado laico en México.
Saludos!!!
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