Camilo Ramírez Garza
“El gran secreto del psicoanálisis es que no hay psicogénesis”
Lacques Lacan
Pregunta insistente en estos días, con la cual se intenta buscar alguna pista de las causas,
sentidos y soluciones a las problemáticas que como sujetos y sociedad nos aquejan (el
sufrimiento del sujeto es parte del colectivo y viceversa). Exclamar ¿Por qué estamos
como estamos? es ya muy general, tanto si se la profiere una sola persona como una
colectividad. Se puede responder con la igualmente infecunda respuesta “Estamos como
estamos porque somos como somos”, enlazar una vez más al padecer con el ser, y de ahí
pareciera que se tiene que “Ser de otra manera” para resolver algo. O el clásico ¿“Se debe a
la pérdida de valores”; “Que si todos somos culpables, que si se requiere más presupuesto
–esto siempre lo piden los sindicatos educativos- etc. etc. y demás lugares comunes que no
hacen más que dormirnos gozosamente en la culpa de estar “bien jodidos” y que nos “falta
mucha educación, cultura y ganadería, etc. etc.… ¿Y luego?
Los “¿Por qués?” dicen todo y nada, son muy vagos, dan la ilusión de localizar una causa
(factores de riesgo, etc.) allá quien sabe donde en un punto en el pasado, en donde todo
habría comenzado a fraguarse. Factores a los que en el presente, se debería “atacar” para
así evitarlos, es decir desplegar el aparato de las estrategias preventivas. Las cuales, en más
de un sentido, no hacen más que suscitar eso mismo que se quería evitar: la prevención
tiene la estructura de la anticipación, fija algo como su causa, dejando algo dentro y algo
afuera, operacionalizando, homologando, reduciendo a la cifra, al dato, descartando otros
muchas posibilidades. Al perseguir dichas “señales de alarma” termina produciéndolas.
Por ejemplo, los motivos que impulsan una guerra, revolución, etc. a menudo terminan
produciendo eso que supuestamente iban a “atacar” (Fidel Castro, Calderón, Chávez, el
PRI, los movimientos de izquierda, etc.) En el caso del presidente Calderón, es su interés
por evitar muertes, proteger a la gente, (“Para vivir mejor”, “Para que la droga no llegue
a tus hijos”) lo que produce exactamente eso que quería evitar. “¿Qué es lo que hace que
la política de la vida termine por acercarse inexorablemente a su opuesto?” se preguntó
Foucault, perdiendo de vista las pisas presentes en donde se inventan nuevas posiciones,
tanto para el sujeto, como para la colectividad.
Como en un psicoanálisis, para dar cuenta del ¿por qué? hay que seguir la pista del cómo.
En ese sentido, la pregunta ¿Por qué estamos como estamos? Y su variante ¿Por qué somos
como somos? Se reformularía a ¿Cómo…? El cómo introduce el tiempo presente, deja a un
lado la moralina que solo se rasga las vestiduras, mientras hace y deshace; esos que “comen
santos y cagan diablos”, nos hace apuntar hacia las pistas, anudamientos y tejidos de lo que
participa en mi/nuestro malestar, dejando a un lado la queja gozosa del “¿Por qué eres así?”.
Que solo se utiliza para joder al otro, des-localizar los verdaderos puntos del problema.
V.gr. Ante las ejecuciones, balaceras, extorsiones y secuestros que se padecen en México,
lo peor es considerar que es “un clima” o una “ola de inseguridad”, y no atender a lo
específico del modus operandi, quedarse asustados por la “narcomanta” sin leer su mensaje,
ver de quien parte, a quién va dirigido y cuáles son sus objetivos, por ejemplo. Tanto del
crimen como del Estado, ¿qué relación? Textos como “El cártel de Sinaloa: una historia del
uso político del narco” de Diego Enrique Osorno, y “Los señores del narco” de Isabel
Hernández. Más allá, o más acá, de los cuestionamientos a la veracidad de los testimonios
de sus fuentes, que por supuesto sus autores sostienen, son ejercicios discursivos críticos
para analizar los múltiples ¿Cómo? de los malestares compartidos, proponen formas de
pensar y estudiar dichas actividades criminales no desde una óptica moral de la
degeneración de la sociedad, los humanos, etc. sino como una actividad comercial y
políticas con sus fines muy claros en su objeto y uso mediático de la información, a la cual,
sociedades avanzadas y sujetos de alta cultura, tienen acceso e invierten, como en cualquier
negocio.
http://columnacamilo.jimdo.com
Twitter:CamiloRamirez_
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