“Mi esposa yo seguimos juntos, porque seguimos hablando,
peleandonos y haciendo el amor”
Sttephen King
El amor no es esta idílica, romántica e ingenua noción de los cuentos de hadas; éstos terminan
antes de fracasar (fra-casar, justo después de casarse), en el éxtasis realizan “coitus interruptus
de la felicidad” “Y vivieron felices para siempre” sino todo lo contrario. Se terminan antes de
que empiece lo bueno, eso que se saben y expresan las evanescentes sonrisas cómplices de las
parejas, sobre todo de las mujeres al ver el amor solo como un cuento “feliz”.
Si acaso el único cuento que muestra algo de las peripecias, laberintos y vericuetos del amor
es “Shrek” llevada al cine por la casa productora, Dream Works. Si, el amor y su fracaso, es
un sueño, también la pesadillas son un sueño, y como planteó Freud, “también una realización
de deseo”. Recordemos que en lengua alemana, la palabra “Schreck”, antecedente metonímico
de Shrek, significa terror, miedo espanto. Y si, todo amor y enamora-miento, produce una
especie de espanto: ¿Qué voy a hacer con esto que siento? ¿Por qué me/te amas/o? ¿Qué es lo
que (imagino) que tengo que hacer para responder/mantener/cuidar/poseer tu amor? Todo amor
produce delirio: ¿Me quiere no me quiere?, así como una situación cercana al secuestro y a la
extorsión que demanda una exclusividad imposible, asfixiante: “¡Si dices que me quieres, deja
de ver a tus amigos/as!” No por nada las artes se han referido al amor como “una enfermedad
y locura incurables” (“El amor es una gran locura y el cura que lo cura, comete una gran
locura”) como un destino marcado por la fatalidad (“Romeo y Julieta”) el amor imposible, la
pareja perfecta!!... perfecta porque no vivieron juntos, les pusieron la “puerta negra con tres
candados!!!- se murieron justo en el éxtasis.
“El amor es un fracaso para jugar” ¿Por qué? Porque hay fallas, dificultades, problemas que
irrumpen y muestran algo: en el amor hay fallas. Cuando me enamoro de alguien se produce
algo parecido a “Dar algo que no se tiene a alguien que no lo es” (Jacques Lacan) Se ama algo
en el otro que es más que sí mismo, es decir que es “Yo”, o algo compartido: amo algo en ti que
incluso puede que tu no lo veas (o “no lo seas”) de ahí que muchas cosas que hagas o digas no
se ajustan a esa idea/imagen/fantasía que supongo de ti (Toda suposición habla de la posición
habla en algo de quien la refiere) frustrándome. ¿¡De quién carajos me enamoré entonces?! –se
reclaman los enamorados, cuando descubren que sus imágenes no coinciden con el modelo, con
la copia. (Eidos/Copia/Simulacro, órdenes platónicos) y entonces a partir de eso se inicia la
procesión de reclamos y lamentos del estilo: “¿¡Por qué no podemos estar como antes?!”
¡Cuando comenzamos a salir todo era…! ¿Cómo se va a poder estar como antes, si antes no se
conocían y no había cercanía, ni trato diario, no se conocían los pestes, los errores, las fallas de
sí mismo y del otro, todo era perfecto, justo porque nadie conocía a nadie, no había el elemento
incómodo de las diferencias (“Diferencias irreconciliables” ¿no es acaso una de las principales
causales de divorcio? ) la cercanía…todo eso que va produciendo una suerte de
desenmascaramiento del objeto: no es (en verdad) como lo que creía. ¿Y qué cosa –díganme- si
es como uno lo pensaba, como lo imaginaba? En esa encrucijada puede que algunas relaciones
se terminen, se enreden un poco más, o se suspendan en una pausa donde nadie se toca (del
cuerpo, palabras, etc.) Que el amor no alcance las ganas para hacer algo con eso traumático y/o
molesto del otro, quizás otras puedan encontrar las formas para jugar el juego del amor y
desamor…jugar con lo estático de las imágenes románticas y con su desencanto tal cual lo
muestran las películas de “Shrek”, en donde justamente las diferencias (anormales, feos,
amorfos, etc.) producen rechazo de los demás y de sí mismo, constituyen eso mismo que hace
lazo y síntoma amoroso, pues aquello que se ama del otro es también aquello que se odia, se
participa del fracaso con horror y fascinación. Lo limitado es pensar que no se participa en cierta
medida de lo que se odia/ama en el otro; de ahí que el poeta diga: “Te odio con la mitad del odio
que guardo para mi” (Sabines)
http://columnacamilo.jimdo.com
Twitter: CamiloRamirez_
2 comments:
Entonces talvez no deberíamos de decir: ¿quieres andar conmigo? sino: ¿te quieres pelear conmigo?
jojo
A lo mejor así funciona más, lo intentaré... :P
Me gusta tu blog.
y es que cuando uno puede reirse de eso especial del otro, eso que cualquiera fuera de la relacion puede llamar "defecto" es cuando uno puede amar, es cuando se puede vivir con ese otro.
y es que son esos defectos los que hacen diferente a una persona, lo hacen especial,me acorde de la pelicula Good Will Hunting (mente indomable) con Matt Damon y Robin williams, cuando robin williams le cuenta acerca de la aprticularidad de su esposa, que se hechaba pedos cuando estaba dormida, incluso se despertaba aveces de lo fuerte que se los hechaba, el le dice, esos son los momentos que mas recuedo de ella, esos tipos de cosas son las que la hacian especial.
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