"Between joke and joke... the truth is shown"

psychoanalysis, culture, art and technology

Thursday, June 30, 2011

Vidas sin consecuencias

por
Camilo Ramírez Garza

“Mira, solo llena esta forma y listo. No importa mucho, de hecho casi nadie revisa esos
registros, pero así se tiene que hacer”, “La prueba que les vamos a poner no cuenta, pero
igual deben realizarla”, “Si, no importa, usted solo diga por qué no, y no es necesario
que vaya”, “Aquí no podemos atender esos casos puesto que no podemos echarnos ese
compromiso, remítelo a…”, “Tu di como que sí, pero luego no lo hagas”, “Solo le puedo
levantar el reporte, pero igual no se puede hacer nada”, “Le tomamos la denuncia, pero
igualmente esos delitos no se investigan”

La burocracia, aquel poder inútil que se ejerce desde un escritorio, no solo opera desde
el ámbito de servidores públicos ineficientes, sino ha ido permeando diversos sectores
(escuelas, hospitales, empresa, asociaciones, mercado, etc.) con su lógica, una vida sin
consecuencias: aumentan las disposiciones formalistas, como programas, estandarizaciones
de calidad, mediciones y evidencia para todo, protocolos que se ofrecen como la panacea
ante cualquier contingencia, pero sin tocar el más mínimo elemento problemático a trabajar
de la experiencia, sino aún más bien buscar ahogar y descartar los detalles, las diferencias,
ante el aplastante formato único que dictaría no solo que hacer, sino en un exceso, que
deber ser.

Dicha estandarización de la experiencia, como una de las estrategias biopolíticas por
excelencia, que intenta reducir las diferencias de los humanos al puro ámbito del
organismo (zoé) encuentra una lamentable buena recepción en el Estado –su inventor- y
en el mercado, mediante una trasformación en la lógica –nombrada por muchos- como
superyóica postmoderna, que propone al sujeto actual como único sentido de vida: ¡Debes
Gozar! Con lo cual se van descartando diversas experiencias que igualmente producen lazo
social, como el amor, el dolor, el sufrimiento, la participación ciudadana como contrapeso
y exigencias al Estado, etc. y que van tejiendo un contexto en donde se busque que no haya
consecuencias, ni efectos (sobre todo traumáticos y molestos) de nada, más que gozar. Solo
hay que prender la TV o voltear a ver los anuncios de la urbe para poder leer la propuesta
al sujeto: vive sin problemas ni esfuerzo, solo dedícate a gozar. Ello es además de atractivo
para el sujeto, vivir una vida sin problemas ni fallas, de mucha utilidad al Estado, pues ahí
donde antes había hartazgo, hoy hay –no en todos afortunadamente- fastidio e indiferencia,
ante la supuesta idea de que no habrá consecuencias favorables para poder realizar
una transformación de algo. Por eso se escucha a muchos decir, entre mística hueca,
necesitamos una revolución, pero no contra el poder del Estado, sino de la conciencias de
todos, algo que no implique a los poderes. ¿Cómo podría sostenerse ese absurdo?

En el ámbito de la consulta psicológica se pueden apreciar casos particulares al respecto:
primeramente quien o quienes consultan manifiestan malestares para acto seguido esperar

que se solucionen sin realizar algo, por no decir casi nada o nada. Se espera que haya
un cambio pero que no implique hacer algo, en ese sentido, se plantean un tratamiento
sin consecuencias. Justo como un efecto de la propuesta del mercado y el Estado como
única forma de vinculación y transformación social la siguiente: ten dinero y compra lo
que deseas para gozar, o para nosotros así gozar (presupuesto, partidos, poder económico,
dominación tributaria)

Escuchar atentamente las formas en las que el sujeto comunicacional se construye desde
los medios/miedos, el Estado y el mercado es un asunto también de salud mental, pues
los malestares que los humanos padecen actualmente, son una respuesta sintomática, ¡Una
señal de alarma, un reclamo social! ante eso que la cultura ha intentado dictar sobre lo
que se debe y no hacer, gestionado sistemas de normalización y vigilancia para los otros,
claro, nunca para ellos mismos, con lo cual la psicopatología se moldea entorno a ello. Por
ejemplo: ¿No será acaso la bipolaridad, una forma de respuesta ante el cambiante hecho
del mercado, incluso el psiquiátrico y farmacológico que “va de un lado a otro” con sus
expresiones vagas sobre lo que es la salud y la enfermedad, moldeándose de acuerdo al
fármaco más popular que dará…la felicidad, la paz, la tranquilidad?

http://columnacamilo.jimdo.com
Twitter:CamiloRamirez_

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