"Between joke and joke... the truth is shown"

psychoanalysis, culture, art and technology

Monday, April 25, 2011

La sabiduría del ocio

La sabiduría del ocio[1]

Camilo Ramírez Garza

"...estamos hasta la madre porque sólo les importa el dinero,

el poder, su pinche "competitividad" y el consumo desmesurado."

Javier Sicilia

El ocio es uno de los más grandes placeres, así como –por más paradójico que parezca- productor de sabiduría. Detengámonos aquí, ya que he mencionado una palabra, a la vez majestuosa y sencilla, como es “sabiduría”, y aclaremos un punto: no existe escuela alguna, ni la más prestigiosa a nivel local, nacional o internacional, esa a la cual todos quieren aplicar y contarse entre sus filas, con miles de consejos consultivos, recursos, instalaciones, historias y grandes pasillos, que logre transmitir sabiduría en si misma. ¿Cómo es eso? Justo porque la sabiduría es de otro orden: de experiencias de vida y no efecto en serie de ambientes “controlados” al estilo de experimentos o modelos de competencias, valorados, medidos y cuantificados como procesos industriales. A lo mucho lo que las escuelas -de kínder a universidad- podrán otorgar es conocimiento bibliográfico y operativo, al estilo “How to do it”, pero no experiencias que tengan como efecto el saber-hacer, de ahí un segundo inicio –podríamos decir- de la formación ya en el ámbito laboral. Eso no quiere decir que sean del todo desdeñables las clases y credenciales que otorgan las escuelas. La mayoría del mundo se mueve por dichas lógicas. Sin embargo, quizás el ocio también es una escuela, pero de vida (del gr. Skolé: ocio, tiempo libre) de la contingencia. Después de todo no es casualidad que “ocio” guarde una relación etimológica con la raíz de la palabra latina “escuela”, Schola.

¿Qué tiene que ver el ocio con la sabiduría? Pareciera una paradoja ponerlos en relación, todo lo contrario a la visión de la producción como desarrollo de ¡éxito!, que busca acumular capital a la vez humano y monetario. Que interesante que se le llame con el común denominador, “capital”, a dos cosas tan diferentes, justamente la visión de la empresa y Estado (biopoder) como la de los nazis y el crimen organizado, consiste en reducir al humano a simple cifra (%,$, etc.) El ocio no es solo la madre de todos los vicios, como creerá, sino el contexto de las ocurrencias creativas que suscitan las artes, donde habita lo verdaderamente importante: la nada de donde surge todo. Por ejemplo, que tanto nos hacen falta, la falta. son éstas las que funcionan en parte como la memoria de la humanidad, así como interrogantes sobre en lo que nos hemos convertido el rumbo que vamos tomando. Y que decir de los millones de inventos que surgen de la contemplación del sabio inventor.

El ocio guarda además una relación con la lentitud, estar en el cuerpo en el instante presente, sin urgencias ni planes llenos de cosas por hacer. Podríamos decir que son dos eventos que hacen tomar cabal noticia de estar: el nacimiento y la muerte. De todos los demás podemos ausentarnos, hacer como que no estamos, de estos no. Eso es quizás lo que más se disfrutan de las vacaciones: dejar la pre-ocupación por la ocupación del descanso y el ocio: el placer de hacer nada, vivir el instante. Hasta que, por supuesto, aparecen los nutridos paseos exprés que ofrecen el recorrido turístico, el paseo, el relato, la foto, el souvenir, que es imposible no pensar, que incluso el descanso y diversión, deben de ser administrados, sobrecargados. De ahí que no sea extraño necesitar unas vacaciones de las vacaciones, una vez que uno retorna. Pues allá la apuesta fue también “gozar al máximo”

Mientras que los avances tecnológicos nos han acortados las distancias y tiempos, acelerando y eficientizandando los recursos (valores del mercado) el cuerpo ha quedado saturado de actividades, dejarlo caer, sentir, es ya un paso para descansar.

http://columnacamilo.jimdo.com

Twitter: CamiloRamirez_



[1] Artículo publicado en El Porvenir 20 abril 2011, sección cultural, p. 3

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