por
Camilo Ramírez Garza
Recientemente en Monterrey han aumentado los robos, no solo a casa habitación, con violencia en las calles, de autos, sino a escuelas. Quienes lo ejecutan poseen un mismo modus operandi: irrumpen a la fuerza, roban equipo de cómputo, en particular enciclomedias, y antes de partir, firman con grafiti. Podríamos decir, entran, sustraen y firman.
Más allá de reducir el asunto a su dimensión jurídica y/o lugar común moral, evidentemente se trata de un acto ilegal, un crimen, que será perseguido; un signo más de pérdida de valores, deterioro de la conciencia de niños y jóvenes, por las drogas, los video juegos, el alcohol, el diablo, etc. etc. etc. Podríamos considerar tales sucesos desde un punto de vista psicoanalítico, buscando conocer qué es lo que (nos) intentan decir: qué es lo que pueden revelar en su calidad de actos comunicantes, ¿qué cuestionan? Pues, todo síntoma es una interrogación, un mensaje crítico. Sigamos las pistas, los indicios. Recordemos que el método propuesto por Freud, método psicoanalítico, parte de la simplicidad de los actos: de lo sucedido, del qué y cómo se presentan, a fin de ir deshilvanando su sentido. Pues tanto se hace, diciendo, como se dice, haciendo: ¿Qué es lo que tales sucesos dicen?
Roban en las escuelas. No en una, ni en dos, ni en tres, sino en decenas de escuelas y en repetidas ocasiones. Regularmente en colonias de escasos recursos, clase media y alta no se escapan, pero las notas las censuran, no las transmiten los medios. ¿Será que en dichas colonias de escasos recursos es donde más se evidencia la disparidad, por no decir el fracaso, entre escuela y trabajo, lo aprendido en la escuela no termina sirviendo para el mundo laboral? ¿A qué se dedican los jóvenes de dichos planteles educativos? ¿Les sirvió de algo ir la escuela, la enciclomedia, o su valor solo consiste en cuánto les darán por ellas? Recordemos que la enciclomedia fue una inversión millonaria muy cuestionada, así como la mega biblioteca, durante el sexenio foxista.
Quienes se dirigen a la escuela a robar, creen que pueden sacar algo “útil” de ella, no solo jóvenes, sino sectores más amplios: políticos, sindicatos, SNTE-Elba Ester Gordillo, etc. siendo un síntoma de un síntoma mayor. Dichos jóvenes no solo van a robar, sino a dejar “huella”, un mensaje. La relación con la escuela es de amor-odio, de respeto y ataque, de demanda, de queja. De ahí las firmas antes de partir con el botín y consumar el desafío, inscribiendo su acto en el horizonte del gran Otro (Escuela, Cultura, Dios, Ley, etc.) ¿No es acaso una constante de la clase política: llenarse de dinero y poder ilegalmente, terminar su período, “firmar”, y salirse con la suya impunemente? Los otros robos –los de computo- deberíamos considerarlos en la línea de ¿Qué se roba cuando se roba?... ¿Serán intentos desesperados por aprehender/aprender algo de la escuela? Al mismo, que fracaso de la educación en su función; denuncia de sus obstáculos, al considerar que la sola tecnología y administración, son las que deberían organizar la enseñanza-aprendizaje, trastocando los lugares y funciones tanto de maestros como de alumnos. ¿Qué efectos tendrá en el aula dichos robos? ¿Cómo se las ingeniará un maestro/a para realizar su clase sin dichos artefactos?...Ahí, precisamente, estará el docente en su función más elemental.
camilormz@gmail.com
http://camiloramirez.jimdo.com
No comments:
Post a Comment