Por
Camilo Ramírez Garza*
"El gran secreto del psicoanálisis
es que no hay psicogénesis"
Jacques Lacan
Seminario 3 Las psicosis,
Buenos Aires: Paidós, p.17.
Camilo Ramírez Garza*
"El gran secreto del psicoanálisis
es que no hay psicogénesis"
Jacques Lacan
Seminario 3 Las psicosis,
Buenos Aires: Paidós, p.17.
El video que veremos a continuación fue tomado de una entrevista a Alfred Hitchcock, en el cual se presenta algo sobre cómo se produce el sentido en el cine, es decir como opera el lenguaje cinematográfico para crear sentido, sirviéndose de la presentación secuenciada de diversas imágenes, a lo que se le suele llamar "el corte" (cutting) a lo que el afamado director prefiere el término "ensamblaje", "montaje" para crear una idea. Recordemos que la etimología de idea hace referencia a imagen, así como a forma, de ahí que describir (definir, conceptualizar) es dar forma.
El video pude ser consultado en la siguiente dirección:
El video pude ser consultado en la siguiente dirección:
En él vemos tres escenas: primero vemos una toma del mismo Hitchcock viendo algo, después aparece una mujer cargando un niño pequeño sentada en un jardín, para finalmente regresar al hombre anciano quien sonríe, como reacción de lo que ve. El resultado: un hombre amable, simpático.
Ahora se quita la imagen de en medio y se quedan las otras dos, la primera y la segunda, inmodificables, la escena de la mujer con el niño es sustituida por una de una mujer en bikini recostada en un jardín, quedando de la siguiente manera la toma: el acercamiento al hombre anciano quien observa algo, ahora la escena de la mujer en bikini, regresando al anciano quién sonríe. El resultado: el anciano antes amable, ahora “es” “rabo verde” libidinoso, lúgubre y quien sabe cuantas cosas más.
Dicho efecto de sentido es compartido en cierta forma por el modo de obrar del psicoanálisis. Durante una sesión de análisis, quien habla al analista, dice cosas sobre lo que le sucede, sobre lo que le pesa, sus penas, alegrías y desganos. Es decir, habla a otro, pero al hablar también puede escucharse, recibir su propio decir, quizás algo que no estaba en la primera intención al hablar, ahora lo sorprenda al grado de exclamar ¡Pero que he dicho! ¡No había pensado nunca en eso, ahora que lo digo…! Como cuando uno dice un verso sin esfuerzo o un chiste espontaneo, un albur, etc.
El analista interviene, puntúa, “la hace de medio editor”, o a la manera de un secretario que lleva registro del dictado que toma y de pronto dice o pregunta algo, quizás una inconsistencia, algo que se responde con algo dicho antes, entonces dice algo que hace notar un “decir dentro del decir del hablante-analizante” digamos que permite notar un decir que posee “un más allá del decir” y que Freud denominó Inconsciente: eso que se impone y hace hablar de ciertas maneras, lo mismo en los sueños, que en los síntomas, los lapsus, errores, olvidos, chistes, intentando revelar un mensaje, una verdad, un sentido.
En el caso de las investigaciones y documentos derivados de los asesinatos masivos en las escuelas en EUA, a lo que en inglés se denomina como “School Shooting Phenomena” que incluso, en otro estudio que formará parte de la tesis que realizo para doctorarme en artes y humanidades –bueno, eso espero, dicho sea de paso para mis maestros- sobre asesinatos masivos en escuelas, un análisis a través del cine y el psicoanálisis, se analiza la homofonía de la expresión “School shooting” (“disparar o tiroteos en la escuela) como “Is cool shooting” (“Es chido disparar”), en fin, como decía el filósofo de Güemez “eso es una cosa y esto es otra cosa”.
El “corte” o como prefiere Hitchcock “ensamblaje”, así como algo del método psicoanalítico que funciona por resonancia (desplazamiento, condensación, figurabilidad, etc. ) del discurso, un decir adentro de un decir del “sujeto que sabe pero no sabe que sabe” (Freud) ofrecen mucha luz –es decir, cuestionamiento sobre el uso- sobre las investigaciones en base a señales de alarma, rasgos e imposible elementos que pudieran “pre-decir” lo que sucederá y así pretender evitar.
Cuando esas mismas investigaciones en el campo de School Shooting (se localizan docenas en internet, algunas de acceso gratuito otras se solicitan a las secretarias de Defensa, FBI, Servicio secreto, educación de los EUA) declaran que la presencia de rasgos no es determinante para saber si alguien está en riesgo y que ello puede llevar a sobre-etiquetar a alumnos “normales” que, cosa curiosa, también pueden presentar los mismos rasgos. Entonces si los mismos rasgos (vestimentas negras, gusto por el heavy metal, escribir sobre guerra y muerte, haber sido víctimas de abuso escolar, consumo de alcohol y tabaco , antecedentes de problemas de conducta, etc. etc.) presentes en aquellos que asesinaron a compañeros de escuela se dice que pueden estar presentes en “alumnos normales” –que quien sabe que será eso, “alumnos normales”- ¿por qué instrumentar tanto manuales de procedimiento diagnóstico que detecten dichas “señales de alarma” como medios de canalización a “especialistas” cuando se declara abiertamente que dichos rasgos pueden estar presentes en otros?
Lo cual es claro desde un enfoque psicoanalítico, que el sujeto es una noción vacía (“El significante representa al sujeto para otro significante” J. Lacan) el sujeto no es, no hay esencias, ni personalidades ya acabadas que son “malas” “buenas” “perturbadas” etc. Sino más bien el sujeto posee rasgos (gustos, aficiones, aversiones, etc.) rasgos con los que se identifica, se reconoce, que forman su Yo, si se quiere decir así, pero el rasgo no hace a un sujeto, a la manera de “sujeto peligroso” del que habla Michel Foucault en “Vigilar y Castigar” y que hace su aparición durante el siglo XVII-XVIII, dice:
“Proporcionar a los mecanismos del castigo legal un asidero justificable no ya simplemente sobre las infracciones, sino sobre los individuos; no ya sobre lo que han hecho, sino sobre lo que son, serán y pueden ser.
Se han puesto, pues a juzgar otra cosa distinta de los delitos: el “alma” de los delincuentes” (Foucault, M. Vigilar y Castigar, México: Siglo XXI, p.26)
En función de la brevedad del tiempo destinado a esta charla, mencionaré algunos aspectos:
En el caso de Columbine del 20 de abril de 1999, los dos jóvenes Dylan Klebol y Eric Harris eran alumnos con buenas calificaciones. Si disponían de llaves para entrar a la escuela no era porque las hubieran robado, sino porque se las prestaron para así poder realizar un proyecto de su clase de artes.¿¿¿¿¡¡¡¡¡Pero cómo, a unos monstruos les prestaron las llaves de la escuela!!!!???? El cual consistía en un video http://www.youtube.com/watch?v=i8x34jqTv8M donde finalmente alguien les diera su merecido a aquellos que los molestaban a diario, pues al parecer las autoridades de la escuela, directivos, personal y docentes, se “hacían de la vista gorda” frente a los abusos cometidos por alumnos “valorados” por su pertenencia a un equipo representativo de corte deportivo.
Existen exhaustivos documentos en donde se registran la cultura estudiantil de la High School of Columbine, http://www.state.co.us/columbine/Columbine_20Report_WEB.pdf en particular el de Huerter, Regina. The Culture of Columbine, Columbine Comission Interviews, 12/01/2000, que se localiza en el documento final presentado por la Columbine Review Comission. Ene se sentido, “Eso que hacían” y escandalizaba nunca fue tomado por otra cosa, sino por justamente eso que se quería evitar, pero que finalmente sucedió. Pues lo que no se advierte al establecer rasgos de alarma es que se les está fijando para ser “las únicas” señales de tal o cual patología o suceso, cuando justamente el mismo documento dice que pueden estar presentes en otras personas. Con lo cual lo que se quiere decir es que no es la presencia del rasgo, hace falta algo más. Al menos dos cosas, por un lado la línea de significación a la manera de “rasgo es igual a cierto destino” así como el sometimiento del sujeto al que le es “depositado” semejante etiqueta.
Que la bronca tanto con Dylan, Eric y Cho, de Virginia Tech, fue que no pudieron -quizás ni siquiera se lo plantearon o no pudieron- des-subjetivizarse de dicha noción de “sujeto peligroso” que les era supuesta, terminaron haciendo “eso” que el mismo sistema les dijo que podían terminar haciendo. Nadie los tomó o escuchó como habría sido el corte cinematográfico al cambiar esas imágenes, así como en la escucha analítica, permitiéndole al sujeto “hacer otra cosa” con su rabia, con su padecer, su molestia, sus escritos y quizás evitar una tragedia.
En el teatro y el cine hay una excelente muestra de esto, un maestro de teatro recluta a un estudiante para actuar en una obra, sirviéndose de lo que el estudiante vive y padece cotidianamente en la escuela, permitiendo otra expresión, al mismo tiempo que desdoblarse en “personaje”.
La obra “Bang! Bang! you´re dead!” es originaria del escritor William Mastrosimone, llevada a la pantalla grande en 2002 por el director Guy Ferland.
Lo cual es evidente en dos entrevistas realizas por Michel Moore, “Bowling for Columbine” (EUA, Canadá, 2002) una a uno de los creadores de la serie “South Park”, Matt Stone, ex alumno de la Columbine High School en el supuesto idílico pueblo de Littleton, Colorado en EUA. La otra realizada a Marilyn Manson. Cada uno de ellos argumenta sobre lo “no dicho” de la escuela: por ejemplo, que los maestros en dicha escuela hacen sentir que si fallas no hay futuro para ti, serás un “looser” así como el otro aspecto mencionado por el cantante quien señala que ese mismo día, 20 de abril de 1999, el gobierno norteamericano realizó ¡¡¡la mayor intervención militar en su historia!!! En Kosovo, hecho que fue declarado en rueda de prensa por el entonces presidente Bill Clinton, para tan solo unas horas después salir igual, bueno con un ligero cambio, que no es casualidad, ahora el presidente vestía al cuello una corbata amarilla, antes, en la primera rueda, llevaba una azul, ¿por aquello del patriotismo?
En caso de Cho en Virginia Tech, del 16 de abril de 2007, en donde Cho pasó de estudiar Ingeniería al campo de las artes, en particular a la literatura, tomando algunas clases de escritura creativa. Decisión que tomó gracias al apoyo de una maestra quien le comentaba que tenía mucho potencial para ser escritor, al grado de proporcionarle los datos de su editor en Nueva York, para que le enviara algunos de sus trabajos.
La cuestión cambió cuando empezó a tener “problemas” con otra maestra, también escritora, pues esta se escandalizaba de los textos que escribía Cho, así como por su forma de vestir (de negro, sentarse a tras, tomar fotos con el celular a sus compañeras, etc. ) finalmente la maestra dijo que no lo quería en la clase, pues cuando leía sus trabajos todos se escandalizaban de lo que escribía. Cosa que pudo haber sido tomado – a la manera del corte cinematográfico- como “Mira que buen escritor tenemos aquí. Alguien que puede suscitarnos las más intensas emociones de molestia y aversión” En vez de eso se le canalizó nuevamente una vez más a consulta psicológica, al ser encarado por la maestra y los directivos, comentó Cho que solo lo hacía para divertirse, que solo era algo que escribía, se le ordenó dejar de hacerlo, así como dejar la clase. ¿El desenlace?....
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