"Between joke and joke... the truth is shown"

psychoanalysis, culture, art and technology

Wednesday, July 18, 2007


("El trabajo -los- hace libres, o libera". Inscripción a las puertas de los campos de concentración, como Auschwitz)

Educación y Holocausto
o
Educación de Holocausto


Por
Camilo Ernesto Ramírez Garza

Sobre el maestro asesinado en Virginia Tech, sobreviviente a los campos de concentración Nazi:
Liviu Librescu (1931-2007)

“Mi padre bloqueó la puerta con su cuerpo y le pidió a los estudiantes que huyeran... Los estudiantes comenzaron a abrir las ventanas y a saltar”

Joe Librescu,
Hijo del profesor Liviu Librescu

El lunes 16 de abril de 2007, a 60 años de la liberación del campo de concentración Nazi, el profesor Liviu Librescu muere asesinado, junto a otras 33 personas en una Universidad Tecnológica Norteamericana:

No lo mató el campo de concentración Nazi, sino que vino a morir en un campo de concentración educativo, en la Universidad Politécnica del Estado de Virginia, conocida como Virginia Tech.

Tal suceso requiere una lecura a la letra: hay algo en los campos de concentración educativos que despersonaliza, aplasta el deseo, unde a maestros y alumnos en la indiferencia y la sola instrumentalización del cumplimiento de un proceso, de un programa que deteriora el diálogo, la singularidad, algo no se está escuchando ni recibiendo. ¿Por qué solo se puede hacer alguien oir con pistola en mano? ¿La respuesta? Igualmente des-personalizada y des-contextualizada: "El es el malo, nosotros los buenos, victimas de un loco o enfermo mental"
El mensaje es para quien logre leer los indicios del mismo.


Tuesday, July 10, 2007


ANTI-DOPING ESCOLAR


Por
Camilo Ernesto Ramírez Garza


“En las principales ciudades de México, incluido Monterrey, más del 40 por ciento,
es decir, casi la mitad de los alumnos han visto físicamente la droga, han visto la marihuana, han visto la cocaína, han visto las drogas sintéticas…


Juntos, sociedad y Gobierno limpiemos México,
limpiemos México de las drogas, del crimen y de la delincuencia”
[1]

Felipe Calderón, presidente de México
Discurso de apertura programa Limpiemos México

"A grandes males, grandes remedios, tenemos que buscar formas inéditas que nos permitan enfrentar ese problema”
José Natividad Gonzáles Paras, gobernador de Nuevo León


El día lunes 2 de julio de 2007, a un año de las dudosas elecciones que le llevaran al poder, el presidente Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, quien como candidato ostentaba el slogan: “De manos limpias” con las calcomanías de unas manos blancas, inició este lunes en Monterrey, N.L. la campaña “Limpiemos México” como parte de una Estrategia Nacional de Seguridad y El Programa en Zona de Recuperación. Que consiste en tres ejes: 1) Rescatar los espacios públicos dominados por los delincuentes y criminales 2) Escuela segura, “esto incluye acciones para impulsar desde los salones una cultura de prevención del delito y promover un clima de seguridad en el entorno escolar” –declara Calderón. 3) Estrategia Nacional en el Programa Nacional Contra las Adicciones. (Discurso presidente Calderón, 2.07.07. Monterrey, N.L. Sala de Prensa Presidencia de la Republica)

Posteriormente se habla en concreto de la realización de una prueba Anti-doping en las escuelas, pero siempre contando con el consentimiento de los padres. A fin de detectar y prevenir las adicciones a las drogas. La sociedad no se deja esperar, funcionarios, maestros, alumnos y padres de familia, opinan al respecto. Se inicia el debate: que si debe ser una prueba en el formato de un cuestionario o una prueba de sangre o de orina; que si solo debe aplicarse a los alumnos o a “todo mundo” –después de todo estamos en los tiempos de los discursos políticamente correctos, como lo es la democracia la transparencia- personal desde maestros, directivos, personal administrativo, hasta de apoyo e intendencia; funcionarios de gobierno, políticos, etc., etc.

Algunos padres de familia declaran se trata de una buena medida, pues a veces no saben en que andan sus hijos, y con la prueba de Anti-Doping podrán darse cuenta de lo que hacen. Uno de los síntomas que parece nadie advertir: la abstracción o completa ignorancia de los padres en la vida de sus hijos, la desclocalizaicón de su función de padres, cediéndosela al estado, así como la inmensa carencia de un plan o al menos idea de educación. Y no me refiero a que exista un plan de educación en las escuelas, descrito formalmente con su justificación, objetivos generales, objetivos específicos, agentes, métodos, sujetos, instrumentos, evaluación, que de hecho operacionalmente en todo plantel existe, puesto que está escrito, forma parte de sus estatutos, de su evaluación y políticas de calidad. Sino a la carencia de la pregunta y el interés amoroso ¿Cómo deseo educar a mis hijos? ¿Deseo que el Estado y el colegio asuman la posición de autoridad? ¿La visión de los especialistas que me digan que hacer y que no hacer con mis hijos? ¿Desvincular del contexto familiar y social lo que le sucede –hace o no hace- mi hijo, reduciendo las explicaciones al funcionamiento –por ejemplo- de su cerebro? ¿A sus genes? ¿Defecto de fábrica?


Tal medida –Anti-doping- se propone para la realización de una detección: ¿quién consume drogas? Y ¿cuáles? Sin por ello desplegar ni explicar un plan posterior ¿Qué se hará una vez realizada la prueba con los alumnos que den positivo? ¿Se les expulsa? ¿Se le canaliza al médico, psicólogo, psiquiatra, trabajadoras sociales, a un centro especializado…? ¿Deberán decir quien le vendió la droga para así dar con los vendedores, y entonces seguir la línea que los lleve hasta los grandes capos, los cabecillas de los cárteles? En ese sentido, ¿Se buscará que los alumnos detectados positivo en el consumo de drogas se conviertan en pistas o pseudos-detectives que “soplen” acerca de quien, cómo, cuándo, dónde y a cuánto, les han vendido las drogas?

Sin embargo antes de que se lance la campaña “Anti-doping” ya en forma, los medios de comunicación y diversos organismos (SEP y la Secretaría de Seguridad Pública) insisten repetidamente en los alarmantes índices y efectos de la drogadicción en nuestro país y en particular en nuestro estado y ciudad “del conocimiento” Monterrey. No se sabe si creando las condiciones de “miedo permanente” que faciliten la recepción de tal programa,[1] pues mayores índices se reportan en obesidad o en deficiente rendimiento escolar, que los alumnos –de primaria a postgrado- están sumidos en la indiferencia, sin embargo de esos problemas no se habla. Se ofrecen diariamente a la ciudadanía diversas estadísticas sobre el consumo de droga: “El 5.4 por ciento de los estudiantes –en México y Monterrey- admitió haber consumido alguna vez algún tipo de droga” según declaraciones de la Secretaria de Educación, Josefina Vázquez Mota (Ojalá que no le vayan a solicitar modificar su apellido materno por considerarlo que sugiere y alienta el consumo de drogas) 32% de los estudiantes tienen amigos adictos fuera de la escuela; el 5% reconoce haber consumido alguna droga; el 38% de los padres han presenciado violencia entre alumnos dentro de la escuela (Nótese que no se les pregunta ¿Qué hicieron los padres ante eso que veían?) un 9 % conoce algún lugar cerca de la escuela donde venden drogas; 76 % de los directores han visto pandillas dentro de la escuela; 65% de los mismos, reconoce hechos violentos entre alumnos; el 28% de los directores ha visto alumnos bajo el efecto de alguna droga en la escuela; el 25% de los directores ha visto alumnos bajo el efecto de alguna droga en la escuela; un 8% ha visto a alumnos alcoholizados en la escuela.


Lo que aparece en cada una de estas estadísticas es “algo que se ve y se presencia” peleas, consumo, pandillas, sin hacer nada en el instante. Es la misma lógica del reportero y camarógrafo que ve algo y solo lo capta, sin hacer nada, suponiendo que el lente de su cámara no participa ni condiciona lo que supuestamente está captando en “puro”. Se ven cosas pero no se hace nada. Al igual que las pruebas anti-doping: se plantea que se realicen bajo ciertos criterios, como el permiso y consentimiento de los padres, el cuidado de la información.[1] Y ¿Qué pasará con los padres que se nieguen, que no den su consentimiento a que se les realice dicho análisis a sus hijos? ¿Habrá margen para que los padres se nieguen y tengan autoridad sobre los cuerpos de sus hijos o es el cuerpo de sus hijos un espacio más inaccesible a su influencia, un lugar que ahora controla el IFAI, el Gobierno, la SEP, la Secretaría de Salud? (Es curioso, uno de los ejes de acción de la campaña “Limpiemos México” - más adelante comentaremos sobre la noción biopolítica[2] de “Higiene” en la “limpia” social de “los cánceres”- es el de recuperar los espacios públicos: parques y plazas, para que los ciudadanos, niños y jóvenes puedan realizar en ellos deportes, ser felices. ¿Y si la drogadicción es el único deporte que algunos saben y pueden practicar? ¿Se podría hacer una campaña de recuperar los espacios privados que se han hecho públicos: el cuerpo reducido al Bíos, los hijos, la familia, la pareja, la escuela, la relación y el lugar del maestro en la relación con sus alumnos, etc.?


¿Qué sucederá con aquellos que presenten positivo a algunas drogas “legales” que precisamente la escuela, al canalizar a sus alumnos con algún médico, neurólogo o psiquiatra por problemas de conducta, afectivos o de rendimiento, se les han prescrito psicofármacos que consumen regularmente para poder funcionar “bien” en la escuela o en su casa? E insisto ¿Habrá margen para negarse? ¿Habrá represalias? Como sucede con las cuotas escolares, donde la constitución dice que la educación debe ser obligatoria, laica y gratuita, y sin embargo se otorga cierta autonomía a los grupos y asociaciones de padres de familia y no solo en cuanto al manejo de recursos económicos (cobrar cuotas o no) sino en cuanto a los uniformes, contenidos de los textos, como fue el caso de los libros de primaria y secundaria, donde se hablaba de sexualidad de una forma amplia: del amor, el noviazgo, la identidad sexual, las preferencias, y ya no la sosa presentación esquemática de la fisiología de la maduración de las gónadas, los caracteres sexuales secundarios, las enfermedades de transmisión sexual.

Por su parte el secretario de educación en Nuevo León, Reyes Taméz Guerra, también ex funcionario federal, declaró en el mismo sentido sobnre la co-participación: "…como estamos hablando de menores de edad, también los padres de familia tienen que participar de manera activa en todo el diseño para poder llevar a la realidad una propuesta como ésta", afirmó (El Norte. 5.07.07)


¿Por qué la referencia a “Limpiar”?

“Limpiemos México” es una frase que en el campo del psicoanálisis diríamos “obsesiva”, pues vincula ciertos problemas humanos con la limpieza, esa que se realiza con escoba y recogedor en mano, añadiéndole un poco de jabón, que no es más que la separación y exclusión de lo considerado como mugre que enturbia lo social, para que pueda aparecer “Lo limpio”. Así, que desaparezca lo negativo y que salga a la luz lo positivo.[1] ¿Qué son todas estás nociones lo limpio y lo positivo, el bien y el mal? Pero en este caso no se trata de una campaña ecológica, sino pro-salud -¿Mental? ¿Social?- y de seguridad nacional. Y si no se habla de basura o mugre literalmente ¿Qué es “Eso” considerado en el horizonte de lo que ensucia, que habría que limpiar? ¿Una ideología? ¿Una religión? ¿Una moral? ¿A dónde se enviará lo “sucio”?

Lo último que pensaba escuchar es que la droga ensucia, mancha y enturbia a México. ¿Qué es México en última instancia sino una noción imaginaria desplegada de una geografía? Lo mismo sucede con la metáfora de enfermedad o de patologías aplicadas a lo social, como cuando se habla de un cáncer social, político o educativo, estableciendo un paralelismo con lo biológico, como si se tratara de un cuerpo-organismo, pero no un cuerpo en sentido humano, simbólico, sino como un cuerpo reducido a sus elementos celulares básicos de tejidos, órganos y funciones; un cuerpo que está enfermo y requiere, no un analgésico (aspirina) sino una operación, una cirugía mayor. Figura que fue empleada por el presidente George W. Bush para explicar y justificar la invasión a Afganistán “Se trata de una cirugía preventiva para llevar la democracia a aquellas tierras” –declaro. A lo que un medico cirujano respondió cabalmente explicándole que en su campo de trabajo, la cirugía, no existe tal noción de operación preventiva, y que mejor habría de llamarle a las cosas por su nombre.


Aplicar la palabra ¡Limpiemo México!, limpiemos a las familias, a las escuelas, a las corporaciones, a las conciencias, etc. Equivale a validar un discurso de Normalidad-Anormalidad; Sanos-Enfermos; Buenos-Malos; Promedio-Diferentes, etc. Moral o ideológico, con un sustento aparentemente objetivo, científico y limpio, o como se llama hoy, desarrollo sustentable en base a evidencia, una evidencia que se apoya en el cuerpo biológico: “Por el bien y salud del cuerpo” estrategia que ha marcado este sexenio, como lo muestran sus slogans y spots de la Secretaria de Hacienda y Crédito Publico y el SAT: “Declarar es sano, pero hacerlo a tiempo es mejor” Ahora resulta que declarar y pagar los impuestos es cuestión de salud, ¿Recomendación o amenaza?

El que un discurso se mantenga más allá de sus orígenes ideológicos en parte es gracias al pasaje de una visión ideológica moral, como puede ser de una religión equis al discurso de la ciencia, al que se le suponen objetividad, limpieza y bienestar, y sobre todo desarrollo tecnológico y económico. De ahí que la mayoría de productos y programas en la actualidad busquen justificarse como promotores del desarrollo de la salud y el bienestar. Como cuando se dejó de decir que la masturbación era pecado solo para declarar enseguida que es algo que afecta a la salud del cuerpo, siendo “posiblemente” un trastorno psicoafectivo, tales consideraciones no dejan de poseer implicaciones morales, religiosas, políticas y económicas particulares, ya que por ejemplo, se sabe que en México la Obesidad es un problema que “ataca” mayormente a los niños y jóvenes desde kinder a preparatoria, presentándose en índices alarmantes, sin por ello hacer una campaña que se llame “Adelgacemos México”

Ciertamente no es una lógica nueva, parte de nociones religiosas: la pureza y limpieza de corazón, de espíritu, de conciencia, los escolásticos durante toda le edad media (masturbación: manus: mano, stupare: suciedad: en ese sentido, masturbación es “mano sucia” cochina que hace cochinadas, por lo que habría que ser de “manos limpias”) hablaban de la limpieza de alma, después con Descartes y la ciencia y la psiquiatría se hablará de “limpieza de mente” de limpieza psicológica, así como la referencia literal de “Acrisolar en el fuego” en la quema de pecadores y brujas, llevada a cabo por la Santa Inquicisión, ahora Congregación para la Doctrina de la Fe, que hasta antes de ser nombrado Papa, dirigía el cardenal Joseph Ratzinger, hoy Benedicto XVI. Se pasó a llamar a los procesos pedagógicos para modular y controlar el cuerpo, no ya por la concupiscencia de la carne, sino por la salud integral, física y mental (Cfr. “Vigilar y Castigar” Michel Foucault, México: Siglo XXI)

Los Nazis también emprendieron una “limpieza” étnica, erradicando a aquellos que consideraban inferiores por diferentes, raritos, enfermizos, una amenaza para su economía etc. Planteando el surgimiento de una raza superior e ideal. Por ejemplo, quienes se detectaban –entre los alemanes- con enfermedades, como la epilepsia, síndrome Down, deformaciones congénticas, etc. Se les prohibía el tener relaciones sexuales o simplemente se les esterilizaba para que no pudieran procrear descendencia y así pasar sus “errores” a las siguientes generaciones, con lo cual se buscaba la “limpieza” del cuerpo, la limpieza de la sangre. En la actualidad ya no se habla directamente de la sangre, sino de la estructura genética del DNA, que se ofrece como el elemento exacto de identidad (disposiciones, enfermedades futuras, hasta conductas) que ya quisieran las ciencias exactas poseer. Se ofrecen, bajo diversos mecanismos, la posibilidad de la modificación (ingeniería genética) de la estructura genética para la erradicación o limpieza de los genes que producen males y enfermedades como cáncer, sida, deformaciones, alzheimer, diabetes, e incluso se ha hablado recientemente de la posibilidad de erradicar los malos recuerdos, el llamado Trastorno de Estrés Post traumático, cuando los medicamentos fallan.

Tales referencias de la salud aplicadas a lo social y al consumo, a la compra de un x producto, buscan pavloviamente asociarse con el “bienestar” y la “salud” de todos. ¡El problema de las drogas no es un problema de salud! Lo es solo si, se le considera en el estricto sentido absoluto de que “daña” el cerebro o el cuerpo, y ciertamente lo mismo para todo lo considerado humano, pues lo humano es del orden de lo artificial.

Tales pretensiones biotecnológicas no hacen más que enfatizar la actualización en cada persona, de cierta noción de perfección (eugenesia) libre de impurezas. Que no hacen más que recordar las obras de futuristas –que adelantadas a su tiempo- nos planteaban sociedad reguladas biotecnológicamente, “limpias de todo mal”: Un mundo feliz (1932) Aldous Huxley; películas como, La naranja mecánica (A Clockwork Orange, Reino Unido, 1971) de Stanley Kubrick; “El reporte de la minoría” (Minority Report, EUA, 2002) basada en un relato de Philip K. Dick El informe de la minoría (The Minority Report, 1956; “La isla” (The Island, EUA, 2005); “La memoria de los muertos” (The final Cut, Canada-Alemania, 2004); A Scanner Darkly, EUA 2006. El título de esta última película traducido al portugués es “Violação de Privacidade” Violación a la privacidad, Breaking of Privacy, pasa al inglés. Mientras que en España se tradujo como “La memoria de los muertos” en este caso a los recuerdos de todo una vida. Así, es solamente este título –Violación a la privacidad- el que hace justicia a lo expuesto en la película, reflejando sus características esenciales: algo como la muerte y las memorias que se guardan han pasado de lo privado al escenario de lo público.


No olvidemos que desde el sexenio pasado en el clima de la transparencia y el ajuste de cuentas, de la creación del Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI) se ha estado debatiendo sobre la apertura de los expedientes médicos, no solamente de los ciudadanos en general, sino de los funcionarios y políticos en particular. Iniciativa que se genera a partir de ciertas declaraciones y medidas del presidente Vicente Fox, que ocasionaron en cierto ámbito suponérsele cierta “falta de cordura” (“En duda la salud presidencial” Revista PROCESO, 26 de junio 2005, No. 1495, pp.12-17) incluso con declaraciones de parte de supuestos “especialistas”, como es el caso de Armando Barriguete Castellón, quien se presenta como psiquiatra y psicoanalista, declara: “a diferencia del político común, que dice mentiras sabiendo que con ello sacará ventaja, el presidente Fox no es un mentiroso ni tampoco un hombre mal intencionado. Su problema es que cree que con decir las cosas éstas ya resultan reales, confunde el deseo de hacer con el hacerlo. Tiene una falla en el juicio de realidad” (Op. Cit. p.15)

Lo que está en el centro de estas iniciativas es la regulación biopolítica de todo el campo social y sus instituciones, a través de mecanismos aparentemente higiénicos y y “científicos” instrumentados en conjunto por diversas secretarías. ¿Cuándo se habría pensado que la secretaría de Salud trabajaría con la Secretaría de Educación Pública, no solamente en campañas preventivas de epidemias, sino para mejorar la conducta en clases, por no decir, educar a padres e hijos, decirles que hacer a partir de una resultado de una prueba de un fluido corporal?

Además, dadas las formas de proceder se debería de reformular el nombre de Secretarías, puesto que Secretaría tiene que ver con secreto, sigilo. Tal parece que se considera la secretaría en relación con lo que secreta, es decir, con la segregación de sustancias por ciertas glándulas. Una vez más las nociones reduccionistas descartan la subjetividad, aquello que se produce por la mirada y la interacción entre sujetos, la historia, el arte…surgiendo las nuevas subjetividades: esas que surgen y se producen desde el cuerpo como organismo y ya no como cuerpo del lenguaje y lo simbólico; que hacen de lo social un escenario simbólico (algo que se quiere mostrar y solamente por la vía del acto o del síntoma cifrado en el cuerpo, se muestra y transmite, a la espera de un desciframiento e interpretación y no a una re-codificación a sus elementos genéticos y cerebrales del por qué alguien hace tal o cual cosa?[1] – junto con medios e instituciones- que buscan regular al sujeto por el consumo de productos “limpios” que los des-intoxiquen y hagan seres más perfectos (ver la Isla, EUA, 2005) ¿Llegará el día en el que la única visita se tenga que hacer al médico-ingeniero-genetista? ¿Llegaremos a vivir en mundos infernalmente felices, limpios, libres de todas “impurezas” (homosexualidad, crimines, abortos, errores, dificultades, robos, guerras, enfermedades, muerte, envejecimiento, pobreza, ignorancia, fealdad, adicciones, deformaciones, desigualdades sociales…?


Lo ultimo que se comentó el día de hoy 5 julio por la noche por radio Imagen, fueron unas declaraciones de la secretaria federal de educación, Josefina Vázquez Mota, al ser interrogada por reporteros respecto de si las medidas de la prueba de anti-doping no dañarían emocionalmente a los alumnos, a lo que respondió que éstas serían tomadas con mucho cuidado y con el consentimiento de sus padres, y de ninguna manera violando ninguno de sus derechos humanos.


Por otra parte:

¿Nadie se interroga sobre el placer que produce la droga?


camilormz@gmail.com




[1] Discurso de Apertura deL Plan “Limpiemos México” arrancado el 2 Julio 2007 desde Monterrey, Nuevo León. El discurso integro puede consultarse en la página de la presidencia de la republica, en la sala de prensa: http://www.presidencia.gob.mx/prensa/?contenido=30839


[2] Es la misma lógica de la estrategia “del miedo ante el ataque inminente” empleada por EUA para que se aprobara en octubre de 2001 de forma express la iniciativa The Uniting and Strengthening America by Providing Appropriate Tools Required to Intercept and Obstruct Terrorism Act of 2001, mejor conocida como USA PATRIOT Act como parte de una campaña para fortalecer la seguridad nacional norteamericana, vía la supresión de algunas garantías individuales, como la privacidad en correos electrónicos, llamadas telefónicas, registros médicos y financieros. Incluso hoy mismo en la pagina de la Casa Blanca se puede leer acerca de un miedo permanente: “President Bush's top priority is the safety and security of the American people. Though America and its allies are safer since 9/11, we are not yet safe. We have important challenges ahead as we wage a long-term battle not just against terrorists, but against the ideology that supports their agenda” El patriot Act otorga la potestad a las agencias de investigación (FBI, CIA, Secret Service) de realizar espionaje y llamar a interrogatorio aparentemente a cualquiera. La lógica es, si quieres que se eleve la seguridad contra un ataque terrorista en tu casa, estado y país, tenemos que partir de no confiar en nadie e investigar a todos. Lo que sucede en la campaña “Limpiando México” sería similar, las adicciones nos rebasan –por no decir el narcotráfico- limpiemos, dirigiendo la atención a uno de los problemas que tenemos. La distancia de instrumentar una campaña de “higiene social” al de la de discriminación es una distancia tan sutil.


[3] Al inicio se ha comentado o sugerido que se trataría de pruebas fisiológicas (sangre u orina) y posteriormente la de la aplicación de un cuestionario.


[4] Esta noción biopolítica insiste en ver el panorama social y humano reduciéndolo a sus elementos biológicos: celulares, genéticos, cerebrales. No solo en sus formas del lenguaje: alusiones metafóricas. Como el reciente comercial de la PGR donde se habla de un cáncer que tenemos que erradicar. El cáncer es un exceso de vida: las células se reproducen sin cesar, dando lugar al tumor. ¿Es acaso el consumo de droga la única forma para algunos individuos de sentir intensamente la vida, la posibilidad de comprar un poco de placer, del que no encuentran en otros lados, de lanzarse al absoluto de una muerte porque la vida poco sentido tiene?


[5] Como se ha declarado, el ser humano es el único a quien defecar representa un problema, en su vinculo con la higiene así como con lo simbólico de las heces fecales: surgir con todo su hedor desde el interior del cuerpo, ser símbolo de lo podrido y apestoso del interior (afectos, pensamientos, actos)


[6] Como el caso del secuestro y ejecución del niño Fernandino, siempre la tendencia es a psicopatologizar el asunto derivando su explicación al campo del cuerpo. Y no solamente en el mundo criminal sino también en el educativo o del arte. El día de hoy, jueves 5 de julio el Museo de Arte Contemporáneo (MARCO) en Monterrey, ha lanzado la publicidad de sus cursos de verano, mismos que divide y agrupa por sentidos: olfato, vista, gusto, tacto oído, para encaminar a los niños en la educación en la apreciación del arte.








Tuesday, July 03, 2007

El SINTOMA ESTÁ ARTICULADO COMO UN LENGUAJE

La función del arte del chiste

Por
Camilo Ernesto Ramírez Garza

“…el síntoma subsiste en la medida en que está enganchado al lenguaje, por lo menos si creemos que podemos modificar algo en el síntoma por una manipulación llamada interpretativa, es decir, que actúa sobre el sentido”

Jacques Lacan[1]

Quienes dedicados al campo de la subjetividad, a menudo escuchamos más o menos el mismo comentario –bastante común- referente a la labor que realizamos dentro del consultorio: que quien asiste el psicoanalista, al psicólogo o al psiquiatra, o a cualquiera de los considerados agentes “psi”, va simplemente a platicar, o a recibir unas platicas de alguien a quien se considera, si no experto, al menos conocedor y de confianza, -tal vez recomendado, simplemente por oídas- a quien uno pudiera exponerle “cosas” que no diría en otro lugar, ni a otra persona. Cosas ligadas a la propia existencia, al sufrimiento en relación al amor; en última instancia, los avatares que se producen de la vida misma.

Dichas cosas tienen una característica esencial, y es que son dichas por alguien. Son narradas por quien se dice –y asume- como su propietario, tal vez también como su portador: somos portadores de una historia, de vida que puede ser tejida por nuestras palabras. Decíamos anteriormente de los agentes “psi”, psicoanalistas, psicólogos y psiquiatras. En el presente nos avocaremos a tratar de hablar –eso es lo único que podemos hacer, tratar de hablar- de la escucha analítica en relación a los síntomas[2] que son presentados por el analizante; y de cómo el arte del chiste permite, porque apunta hacia un cierto sentido, del síntoma, desbaratar el ciframiento que los sostiene, al tiempo que divierte y produce la risa.

Al asistir al psicoanalista, éste no solicitará al analizante, pruebas de gabinete, como perfil de sangre o tomografías axiales computarizadas (TAC); perfiles de lípidos, ni radiografías, o demás pruebas que impliquen asistir en ayunas a un laboratorio, meterse en un cilindro media hora. Sino solo hablar. ¡Eso es lo único que el psicoanalista solicita! ¡Hable! ¿De qué? ¡De todo! ¡Diga todo sobre todo! Dicha regla, nombrada elegantemente como regla fundamental, asociar libremente, si bien fue un invento de Freud, su ocurrencia –como muchas cosas- no se la planteo él originalmente[3], se le presentó, cuando una de sus pacientes hablaba de una cosa tras otra, aparentemente sin relación lógica, pero mostrando una compulsión a asociar. “«No hace mucho, por observaciones en otro ámbito, he podido convencerme del poder que posee esa compulsión a asociar. Durante varias semanas debí trocar mí lecho habitual por uno más duro, en el cual es probable que soñara más o con mayor vivacidad, o quizás era sólo que no podía alcanzar la profundidad normal en mi dormir. En el primer cuarto de hora tras despertar yo sabía de todos los sueños de la noche, y me tomé el trabajo de ponerlos por escrito y ensayar su solución. Conseguí reconducir todos esos sueños a dos factores: 1) al constreñimiento de finiquitar aquellas representaciones en las que durante el día me había demorado sólo pasajeramente, que sólo habían sido rozadas y no tramitadas, y 2) a la compulsión a enlazar unas con otras las cosas presentes en el mismo estado de conciencia. Lo carente de sentido y contradictorio de los sueños se reconducía al libre imperio del segundo factor».”[4] Pareciéndole, incluso a él mismo una cosa de lo más ilógica y disparatada, contrario a la razón. Fue encontrándose que el pasaje de un tema a otro no era para nada cosa fortuita o disparatada, sino que obedecía a una cierta lógica, que escapaba al sentido lógico d la conciencia de quien se ubicaba como el hacedor a voluntad del discurso, dándose Freud cuenta de que, en el discurso de sus pacientes había un decir (algo se decía insistentemente) más allá de toda intencionalidad, cifrándose en los dichos de los relatos, en las imágenes oníricas narradas durante la sesión; en los errores al hablar, en los olvido…Un decir plasmado en el cuerpo, en la idea y en el acto. Eso que después Lacan llamará, cadena significante, esa que se articula de acuerdo a las correspondencias entre cada elemento. Y de acuerdo al Saber Inconsciente. Por ello, el Yo solo puede ser siempre supuesto.

Pero al hablar se abre un hueco en lo Real, el lenguaje vacila, tropieza, se fuerza hasta no poder decir más allá de lo que se pueda decir a medias; es limitado, no se puede decir todo. Hay sentidos que se escapan, malentendidos que se imponen. Así como Freud lo señalaba al respecto de los poetas en quines funciona un (regulador) ideal estético, impedimento para poder dejar hablar directamente a su inconsciente, diferenciándolo del psicoanalista, al asociar, el analizante, renuncia a su estética resistencial de la lógica o la moral, abriendo surco con su palabra, trazando el sentido, que al momento del giro, mostrará eso que habla en el síntoma.

Si el analizante llega y nos habla, sosteniendo su cuerpo, su imagen su discurso, y si le devolvemos una palabra, un gesto, un decir –disimulado- a medias, que envuelto en la transferencia, logra desarticular en algo lo cifrado en el síntoma, mover algo, haciéndolo cesar, bajo la forma en que se halla presentado, no será justamente, por esa misma correspondencia entre lenguajes: el lenguaje-narración, y el lenguaje-síntoma. En donde descubrimos ese Saber, articulado como un lenguaje, que a manera de jeroglífico, logra imponerse al cuerpo, al pensamiento, al dicho o al acto. Volviendo al cuerpo incluso una pieza de arte.

El sujeto solo puede hablar de su síntoma, no puede más, solo hablar, narrar, describir, comentar…desfallecer de momento por el no hallazgo de respuestas y soluciones completas, por no poder parar el sufrimiento que ello le otorga en su vida diaria, pero que al mismo tiempo sabemos, organiza –y para- el goce, evita la muerte: ese síntoma que ha llegado para quedarse. En psicoanálisis sabemos que el problema no es el síntoma, pues este mismo se ha formado como solución y lucha que resiste. Lo que se pretende no es ir tras la meta-ideo-ingenua de “liberar” al sujeto, a la sociedad y a la humanidad de sus sufrimientos, de sus síntomas, lastres, obstáculos e impedimentos, para que entonces sean muy felices. No porque no se crea en una cierta felicidad siquiera asequible, sino porque ello implica una búsqueda y conquista personal y no un sujetamiento o modelamiento prototípico del como deber ser (How to be happy in 10 steps!) Puesto que lo está en juego es la libertad del sujeto al asumir su deseo. Lo cual no se trata solo de una formula teórica, vacía y muy rimbombante, sino que se efectiviza la cura analítica: que en analizante de cuenta de su posiciones deseantes, cualquiera que estas sean. La otra, la visión de la ortopedia psicológica, muy acorde al enfoque actual de la psicoeconomía invisible: liberar al sujeto de sus problemas para que pueda trabajar y producir mejor, consumir mejor, gozar mejor –siempre con medida claro- liberarlo del estés para que pueda ser mejor elemento en la cadena económica.


Es ahí en esa encrucijada reduccionista del cuerpo al órgano y de éste a la fuerza de producción y consumo, que, El Arte del Chiste, irrumpe trastocando y mostrando el asunto nodal de la existencia.

El arte del Chiste debe ser siempre reconocido así, como un arte siempre subversivo, y de resistencia, de no creérselo todo de los discursos políticamente correctos, sino hacer sátira y burla de ellos, precisamente para mostrar sus absurdos. Que no permite institucionalizaciones operacionalizantes –pues dejaría de ser lo que es, perdería el humor que lo volatiliza, reduciéndose a nada. Hacer chiste de lo evidente no es chistoso, sino señalar los puntos álgidos y peligrosos, esos que están en los secreto de voces de todos, esos siempre a punto de estallar y que en el análisis se cifran en los síntomas, sueños, lapsus, etc. El humorista así como el psicoanalista, seleccionan, por su escucha asombrada, los elementos que arman un sentido, más allá de lo que el sujeto dice sin decir; ¿quién se cree que habla? pues finalmente algo habla, algo que no es la persona, ni el individuo, ni el Yo, sino Saber del Inconsciente.

camilormz@gmail.com



[1] Lacan, J. El Seminario 23: El Sinthome. 1ª edición. Buenos Aires: Paidós, 2006, pp. 40.



[2] Las consideraciones psicológicas y psiquiátricas, ambas poseen puntos de vista particulares de escuchar las sintomatologías del paciente (causas, efectos y tratamiento) por ejemplo, como efecto de sus condiciones reforzadoras en relación a la operacionalización de su pensamiento, ambiente y conducta; o por la consideración de las bases neurobiológicas de la conducta en donde los psicofármacos tendrían toda su legitimidad.



[3] Así como el hecho de narrar sueños y dentro de ellos situaciones chistosas, el hablar de una cosa y otra –compulsión a asociar- fue algo con lo que Freud se encontró en su clínica, para después nombrarle elegantemente: método psicoanalítico de la asociación libre.



[4] Freud. S. 1900 La interpretación de los sueños. Obras Completas. Buenos Aires: Amorrortu.