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Friday, October 10, 2008
Monday, October 06, 2008
LAS ESTRATEGIAS DEL MIEDO
por
Camilo Ramírez Garza
La actualidad se organiza entorno al miedo: miedo a la muerte, al envejecimiento, al desempleo, al crimen (robo, secuestro, asesinato, etc.) Constituyéndose de tal forma, el miedo como una constante, hace pensar que andar con cierto grado de tensión y estrés se ha convertido en signo de normalidad ciudadana.
El miedo para el humano, como muchas otras cosas, no es natural, sino aprendido, inscrito culturalmente. Al haber perdido toda regulación instintiva, se está a expensas del aprendizaje. Por otro lado, habría miedos que hacen levantar la guardia y estar más atentos a los peligros, el llamado miedo señal, mientras que otros se presentan irrumpiendo cualquier noción imaginaria de seguridad, paralizando, angustiando; para los cuales no hay palabras, no se encuentran las formas de lidiar con ello en primera instancia.
Independientemente de uno u otro, me interesa abordar en este breve espacio respecto al uso del miedo como estrategia en el ámbito sociocultural, tanto por los mercados, medios de comunicación (¿sería más correcto ahora nombrarlos como miedos de comunicación?) y las autoridades de gobierno.
El miedo apunta hacia la pérdida de la seguridad más elemental: de vida, salud, económica, etc. El derrumbe de la pirámide planteada por Maslow.
Planteándose la idea de las pérdidas justamente en un contexto organizado por el capital en el que las posesiones redundan en “ser los baluartes” de las fortalezas que darían la ilusión de que “no pasa nada” se dinamizaría el mercado de una manera autorregulada por el miedo, en donde su lógica sería: “de haber menos ganancias lo que hay que hacer es reintroducir el miedo -y en mayores dosis- a fin de que se desaten las compras”, pues son ellas las que intentan reintroducir la seguridad, vía la adquisición y consumo de una posesión con la cual el sujeto vendría ha cubrir su inseguridad, darle la ilusión de completud, ser totalmente…
En el caso del ámbito político, introducir el miedo una y otra vez es una estrategia muy socorrida, asó como efectiva ya no solamente en tiempos de elección sino todo el tiempo, pues facilita el manejo de las masas. Ahora lo que está en juego no es la lógica o idoneidad de una determinada propuesta dentro de un grupo de propuestas, lo que implicaría discernir y dialogar, sino la propia seguridad, las propias pérdidas. Ante lo cual el ciudadano poco reflexiona y más actúa movido por le miedo contingente de perderlo todo. Pero igualmente como en el mercado, que plantea el miedo solo cuando nos dice que tiene un producto con el cual acabar de una buena vez con ese miedo. Como los clásicos comerciales de diálogos clichés, como: “Está usted cansado de…” “Es usted de las personas que viven atemorizadas por…ya no sufra, no tema, etc.”
Dicha estrategia del miedo además de producir estresores en aquellos que no resisten a su influencia, vía el diálogo, el análisis y la reflexión, terminan por ser “presa fácil” al contagio de una colectividad que se presenta desde hace un tiempo, más radical e impulsiva, llevando a proponer la legitimidad de mayores penas o la pena de muerte, pérdida de las garantías individuales (privacidad, confidencialidad en registros médicos, telefónicos, etc.) a fin de que los gobiernos investiguen, incluso, realizando algún tipo de espionaje por encima del estado de derecho. Bajo la bandera de la defensa de la seguridad. Pero ¿Cómo es esto posible? ¿Para tener más seguridad se debería ceder justamente algo que tiene que ver con la seguridad, como lo es la vida privada, los registros telefónicos, médicos, bancarios, etc.? ¿Tener cuerpos de élite perversos: que operan fuera, pero con el patrocinio de la ley, similar al anti-héroe de Marvel The Punisher?
Nota: Imagen tomada de EL NORTE.com 11 junio 2007.
Saturday, October 04, 2008
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